1781 descubrimiento de Urano, revoluciones industriales, francesas y yanki. Todo muy germánico, anglosajón y gabacho.
Guay va a hablar de Astronomía y de Historia.
Sigamos leyendo, entonces.
1781 la aparición de una mutación en la especie humana. El paso del Homos Sapiens de 7 centros al Homo Sapiens in Transitus de 9 centros.
Dos párrafos y ya el 80% deja de leer. Y del 20% que sigue leyendo, un 15% lee con la trampa que encierra su ideología.
Buff un 5% de potenciales lectores dispuestos a sentir sin el sesgo de primer grado.
Explico.
“Clare Graves, uno de los investigadores pioneros del desarrollo y de la evolución de la conciencia, descubrió que el desarrollo de la conciencia humana discurre a través de 8 grandes estadios o niveles. Los primeros 6 de ellos se conocen como estadios de primer grado, o lo que Maslow llamaba necesidades de deficiencia, es decir, motivaciones basadas en la falta o escasez, que son variaciones de lo que el pionero estudioso del desarrollo Jean Gebser denominaba estadios arcaico (o instintivo), mágico (o egocéntrico), mítico (o tradicional), racional (o moderno) y pluralista (o postmoderno), que también son los grandes estadios/épocas que ha atravesado la historia de la humanidad hasta llegar a la era postmoderna en la que ahora nos encontramos.
Graves descubrió que las personas que se hallan en estos niveles de primer grado creen que sus valores y verdades son los únicos reales y que todos los demás son infantiles, descabellados o están sencillamente equivocados. Por eso, mientras el grueso de la humanidad no supere esos niveles (que, en este momento concreto de la historia, abarcan el 95% de la población), estará condenada al desacuerdo, el conflicto, el terrorismo y la guerra. Pero Graves también descubrió un hecho asombroso sobre el siguiente nivel básico del desarrollo: que unas cuantas personas del estadio pluralista/postmoderno empezaron a dar respuestas inéditas que sorprendieron y confundieron a los estudiosos del desarrollo que empezaron entonces a advertir pruebas de la aparición de un nuevo nivel al que Graves denominó sistémico (y otros han llamado holístico, integrado o integral). Las cualidades de estos nuevos niveles son tan sorprendentes y sus rasgos tan nuevos y originales que Graves consideró esta transición como un «salto auténticamente trascendental» (y que yo, a mi vez, denomino «un monumental salto de significado»). Este salto implica simplemente que el nivel integral -al que, para subrayar su diferencia con los estadios de primer grado, se considera el primer estadio de la conciencia de segundo grado- tiene en cuenta las verdades y valores incluidos en los niveles anteriores y los incluye en su visión global del mundo. Este es el primer estadio que tiene en cuenta e incluye a los demás, lo que supone un cambio substancial en la historia, porque los estadios anteriores solo se tienen en cuenta a sí mismos. Todas las dimensiones de la conciencia propia de este estadio se tornan globales y omni-inclusivas y, reconociendo la importancia y el valor de todos los estadios anteriores (desde arcaico hasta mágico, mítico, racional y pluralista), incluyen comprensiones y verdades procedentes de todas las culturas, de todas las religiones y de todas las ciencias. Dicho en pocas palabras, se trata de un tipo de pensamiento completamente nuevo, de una modalidad de conciencia completamente diferente.” Ken Wilber
Ni que decir tiene que la verdad descrita en el Diseño Humano no es sentida ni por el 1% de ese 5% que pudiera estar abierto a sentirla.
Ni por el mismo Ken y sus condiscípulos.
Según Graves por la época del descubrimiento de Urano se produce un salto de conciencia ya que 10 % de la población alcanza los valores racionales, algo que viene desarrollándose desde el principio de la Cruz de la Planificación , allí por los 1600, cuando la ciencia emerge de forma más experimental, con su método científico.
Claro si introducimos la mutación descrita por el DH a mi me hace dudar de que la evolución de la consciencia que en teoría sería asociada a un ser de 7 centros no se produzca por una mutación biológica pura y dura, más que por un despertar experiencial de maduración evolutivo psicológico.
Algo así, cómo que el Homo Sapiens in Transitus, lleve de serie los elementos del nivel racional que describe la Dinámica Espiral.
Otra fecha importante es 1960, señalan los autores evolutivos que es la época donde se alcanza la cifra de un 10% de población con valores posmodernos. Aquí nos encontramos con el interregno plutoniano que nos lleva hasta el 2027, la mutación del rave.
Un intervalo como de prueba donde el Yo racional naranja individualista intenta no verse absorbida por el verde nosotros posmodernista relativista o viceversa donde el nosotros intenta convencer que son más importantes los valores del nosotros.
Desde hace un par o tres de décadas los que investigan esta evolución de la consciencia describen la aparición de un salto de consciencia y que ahora identifican con la posibilidad que un 5% de la población lo haya alcanzado.
Dice Wilber
“Este nivel o niveles integrales (porque algunos investigadores han descubierto, en él, la existencia de dos o tres subniveles) es algo completamente nuevo en la historia de la evolución humana. El porcentaje de la población que lo ha alcanzado jamás había superado el 0,1 %. En las últimas décadas, líderes de casi todos los campos del saber han desarrollado las cualidades integrales de segundo grado a las que Maslow llamaba valores del Ser, es decir, valores basados en la abundancia, el abrazo y la inclusión (como algo opuesto a la deficiencia, la escasez y la carencia propia de los estadios del primer grado). Hasta el 5% de la población mundial ha alcanzado ahora esos niveles integrales; un porcentaje que según algunos estudiosos del desarrollo alcanzará, dentro de una década, el 10%.
Y ese 10% representa un importante punto de inflexión, porque los investigadores han descubierto que, cuando el 10% aproximado de la población alcanza la vanguardia más avanzada de la evolución, tienen lugar cambios muy profundos, amplios y duraderos en toda la población y los nuevos valores emergentes empiezan a impregnar la cultura. Utilizando, por ejemplo, los anteriormente mencionados grandes estadios arcaico, mágico, mítico, racional, pluralista e integral, cuando el 10% de la población europea alcanzó el nivel racional (que denominaron «era de la razón y de la revolución»), hace ya de ello tres o cuatro siglos, tuvieron lugar las revoluciones francesa y estadounidense; el cambio de la monarquía a la democracia representativa; la abolición de la esclavitud (en un período de aproximadamente 100 años, desde 1770 a 1870, las grandes sociedades racional-industriales de la Tierra abolieron, por primera vez en la historia de la humanidad, la esclavitud, que llegaba incluso, en el caso de las sociedades tribales, a afectar al 15% de la población); la emergencia de casi todas las ciencias modernas (desde la física hasta la química, la biología, la geología, la sociología, la psicología, la antropología y la medicina, entre otras); las formas más tempranas de feminismo; el cambio de la mitología a la razón como modalidad de conocimiento más importante, y la preocupación por los derechos humanos universales y no solo por los derechos de un pueblo elegido, por nombrar solo unos pocos. Y esos cambios no se vieron impulsados por los valores míticos, sino por la razón y los valores racionales, algo que ocurrió cuando esos valores (que solo poseía el 10% de la población) empezaron a impregnar la cultura. Y es muy probable también que, en la década de los 1960, un 10% aproximado de la población pasara rápidamente de los valores racionales/modernos a los valores vanguardistas pluralistas/postmodernos mientras asistíamos a las revoluciones estudiantiles que, comenzando en París en mayo del 68, acabaron expandiendo por doquier esos valores: el extraordinariamente profundo y amplio movimiento de los derechos civiles; la emergencia del feminismo personal y profesional; el inicio del gran movimiento ecológico; la aparición de las leyes contra el odio, etcétera. De nuevo, solo un pequeño porcentaje (el 10 y, finalmente, el 20%) se hallaba realmente en esos niveles, pero sus valores empezaron a impregnar y saturar la cultura. Y ahora estamos a punto de alcanzar un nuevo punto de inflexión en el que el 10% de la población dé ese monumental salto de significado que refleje la emergencia de los niveles de la conciencia de segundo grado, la emergencia de los niveles Integrales, con «i» mayúscula para reflejar la importancia de este extraordinario avance.
Y esto es algo que, sin la menor duda, lo cambiará todo. En tanto nivel de desarrollo universalmente presente, se trata de un estadio que cualquier ser humano, si continúa su proceso de desarrollo, se verá necesariamente obligado a atravesar. No se trata de un simple concepto que uno pueda aprender o no, de una mera teoría que uno pueda tomar o dejar a su antojo según le guste o le desagrade, sino de un estadio inherente y universal-mente presente en el proceso de desarrollo humano, como los estadios de seguridad, pertenencia y autoestima de Maslow (o los niveles mágico, mítico y racional de Gebser). La especie humana, dicho en otras palabras, está acercándose, por vez primera en la historia, a un mundo que trasciende los conflictos profundamente asentados y se caracteriza por la tolerancia mutua, el abrazo, la paz, la inclusión y la compasión. ¡Y todo ello por el simple hecho de continuar su proceso de desarrollo!”
Nuevamente si introducimos el DH, se nos plantea la duda de que si este salto de consciencia conlleve una mutación biológica,sí el paso al Rave y que simplemente todo esto que se describe como evolución de la consciencia sean simples pruebas pilotos previas a la mutación.
De hecho desde la crisis financieras del 2008, la aparición de Trump y demás, hablan de una paralización de esa evolución de la consciencia, de que sea posible para el ser humano dar ese salto a lo integral sin una mutación previa biológica.
Consciencia de 2 grado que no tendría nada que ver con los sueños idealistas de los integrales, pues sería mediante seres autistas sin yo.
Bueno, ahí queda mi “pajote mental” de hoy.
Mejor fuera que dentro, como decía Ra para un quad-r.
©Alf Gauna, 2023