Frio,Frio,Caliente,Caliente

Escondemos nuestras heridas.

Grabadas celularmente en nuestra niñez, desde que somos concebidos hasta los 7 años, las protegemos con una muralla construida bloque a bloque con nuestros recuerdos emocionales (7-14) y con el hormigón de la razón (14-21)

(c) GeneKeys.net

“El Anillo de la Materia y sus 4 Claves Genéticas específicas programan el proceso de desarrollo humano de la encarnación desde el punto de concepción hasta la edad de 21. Es a través de este codón que el espíritu penetra primero en el mundo de la materia y libera su verdadero resplandor. A lo largo de cada uno de estos ciclos, el Anillo Codónico de la Materia y sus Claves Génicas asociadas juegan un papel crucial a través de pruebas continuas del entorno exterior. Esencialmente, estas Claves Genéticas buscan una biorretroalimentación constante para que el niño pueda orientarse en el mundo de una manera saludable.Las tres fases -física, emocional y mental- están gobernadas por las Claves Genéticas 46, 48 y 18 respectivamente, mientras que la Clave Genética 57 establece las semillas aún más profundas de estas tres fases a través de los tres trimestres durante la gestación. Por lo tanto, este anillo de codones es de inmensa importancia a nivel de desarrollo, ya que gobierna la infraestructura misma de nuestra salud física, emocional y mental.”

Un proceso de 21 años que se extiende hasta el retorno de Saturno (30 años) que es cuando realmente estamos totalmente encarnados y situados en el entorno donde se va a desenvolver nuestra vida.

Esto del entorno parece que es algo baladí, pero es probablemente lo que nos lleva al mayor sufrimiento. Sí, no somos del lugar donde nacemos. Sí, no pertenecemos a la familia genética que nos da la vida.

Somos testigos kósmicos que pertenecen por resonancia a una línea de comunicación fractal.

El entorno representa ese lugar donde encontrar esa familia de alma fractal.

Ese viaje egóico de los soles-tierras personales y transgeneracionales se torna transegóico, transolar, galáctico, kósmico, en el ámbito nodal , su resonancia diaria con la caja lunar y planetaria y con el programa de tránsitos.

Llega un momento en que todo es cuestión de temperatura, pues todo se complica tanto y se hace tan impersonal que es el único parámetro fiable del que nos podemos guiar para la mutación.

En ese juego entre frio-frio y caliente-caliente, esta lo impersonal y lo personal.

Yo no digo como lo budistas “de todo congelado”, simplemente apercibo cognitivamente que cada persona tiene su determinada,propia y coherente frecuencia de resonancia y su propia temperatura y…como sabemos la temperatura y frecuencia es la esencia de la radiación mutante de todo cuerpo negro.

(c) Wikipedia

😜

©Alf Gauna, 2022

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