Estos orientales tienen un problema genital y eyaculatorio.
Y eyaculatorio no es algo estrictamente relacionado con los genitales masculinos.
La mujer eyacula también, pero como diría Leo Harlem con sorna “squiiirtiiing”.
Aunque los machistas de la RAE particularizan:
“lanzar con rapidez y fuerza el contenido de un órgano, cavidad o depósito, en particular el semen del hombre o de los animales”.
el genérico es claro.
Las masas de consciencia de primer grado se mueven en sus paranoias tanto por exceso como por defecto, desde el bukakke a la contención de la eyaculación.
Siempre pongo el mismo ejemplo de la película Cocoon. Un Ser de Luz ET encarnado por casualidad 😜 en el cuerpo de la hija de Raquel Welch enciende la pasión del capitán de barco que los tiene que llevar a un sitio del océano , donde estaban resguardados, para recuperar a unos compañeros que tuvieron que dejar en un anterior viaje. En su relación se echan un super polvo kósmico tántrico energético no eyaculatorio ni genital en una piscina llena de energía grupal de las capsulas de los otros ets. Si , un gran orgía interracial entre Ets y humanos.

Cómo miembro de la conciencia de segunda grado acepto estas limitaciones de que unos se vayan al Tantra, otros al fetichismo, aquellos a lo Kinky o los de alli a lo genital,, pero parece que ahora toca mucho dejar de lado lo genital como si fuera el malo de la película.
El sexo es holístico y nuestro cuerpo como ser kósmico apercibe como un todo. Recibe sensaciones sin compartimentos estancos.
El sexo desde la herida no es lo mismo que el sexo desde el don, como humano el sexo como siddhi lo descarto. Puedo escribo un libro sobre esto.
Desde el poder del don , todo es un juego de roles sin víctimas ni verdugos en busca de la plenitud holística de la comunicación relacional.
Si, todo comenzó cuando dos protones hicieron el amor por primera vez, nació la química de las moléculas y llegamos a hoy donde la plenitud orgánica consciente alcanza la complejidad de algo que no se entiende, sentir como un “no dos” la fusión del dos.

Es la propia experiencia quién canaliza los matices de la relación. Ese sexo fluido sin género que no excluye nada pero que tampoco incluye necesariamente todo pues al final son dos seres con direcciones kósmicas diferentes que se unen para descubrir que hay una octava superior en la suma de direcciones.
©Alf Gauna, 2023