Asesíname.
Sí
Con alevosía.
Poséeme
Sí,
Con pasión.
Bésame,
Sí,
Con humedad.
No,
No,
no me abraces.
Necesito tus
ojos.
Sin ojos
no hay kosmos.
No hay infinito.
No hay eternidad.
Déjame olerte.
Lamerte.
Quizá
absorberte.
Presionar
con el tacto
tu piel
de tambor.
Nuestros
genitales
bailan
al ritmo
de
Scheherezade.
El té,
servido
en el “tu y yo”
de Sargadelos
de la abuela
Paca,
rebosa
nuestras
bocas.
Pezón
a pezón,
cuento
tres.
Uno fue
al cielo
del dolor
y de la traición.
Los de la tierra
juegan al veo
veo del arañazo
y el chupetón.
No,
no hay orgasmos.
Suave asesino
de lo eterno.
Sí, please,
ahógame
suavemente
entre tus
“gambas”
kósmicas.
Sin aire,
saboreo
el arcoiris
de sabores
de tu autoridad
interna.
Sí,
mátame,
suavemente,
dejar el cuerpo
ahí,
sí,
detrás,
así,
mi testigo
se libera
y volará,
volará
para no volver.
©Alf Gauna, 2023