No hay forma, el sistema y la estrategia siempre ganan.
El humano nunca tendrá consciencia emocional, bien dice el DH que para el humano solo puede ser un motor. Hace falta la mutación del 27.
Si hay bazo definido, se decide en ese momento donde esté la ola., si no, en el miedo que haya en el punto de la ola del presente que haya que decidir.

Pocos dejan pasar la ola. Si la dejas pasar, la consciencia actúa inconsciente, permitiendo que se soslaye tu ego y sea la vida quién decida. No hay control consciente, solo entrega consciente a la emergencia de la emoción de la experiencia, camino de cognición.
Los emocionales despiertos, aquellos que aceptan la mecánica emocional sin soñar en vanidosas inteligencias emocionales, el sistema nos controla a través de incidir en mágicas técnicas que ofrece a la masa del ego sin definir, sólo les queda esconderse detrás del autismo emocional como bien expresa Pessoa en su maravilloso libro del desasosiego:
«Vivir una vida desapasionada y culta, a resguardo de las ideas, leyendo, soñando, y pensando en escribir, una vida lo suficientemente detenida como para estar siempre al borde del tedio, pero lo bastante meditada como para no darse de bruces con él. Vivir esa vida ajeno a las emociones y a los pensamientos, solo en el pensamiento de las emociones y en la emoción de los pensamientos. Permanecer al sol, doradamente, como un lago oscuro orillado de flores. Tener en la sombra aquella hidalguía de la individualidad que consiste en no porfiar demasiado con la vida. Ser en los bandazos de los mundos como una polvareda de flores que un viento desconocido arrastrara por el aire de la tarde y la inactividad del anochecer y el azar dejaran en cualquier sitio, indiferente entre cosas mayores. Ser esto con un seguro conocimiento, ni alegre ni triste, reconocido como el sol por su brillo y las estrellas por su lejanía. No ser más, no poseer más, no querer más… La música del hambriento, la canción del ciego, la reliquia del viandante anónimo, las huellas en el desierto del camello descargado y sin destino…»

Madre mía que preciosidad de texto.
No, no le voy a calcular el DH a Fernando, me quedo con su testigo, más allá de su forma.
Dejarse llevar por la montaña rusa de la ola emocional, significa aceptar el morbo de salir despedido de tu vehículo muchas veces, volverse a levantar y retornar a él. Poco a poco vas aprendiendo a asirte a tu cuerpo, para disfrutar de sus valles y montañas, y al menos, no tener que curar las heridas de la caída una y otra vez.

Es cierto que siempre sueñas con encontrar un compañero de juegos que te acompañe en la aventura pero, casi siempre, en la primera caída, ponen la coraza al corazón para no sufrir con la emoción del fracaso.

Al final, esto no deja de ser como esas personas que van a la iglesia a hablar y rezar con su dios, algo que respeto y admiro.

Sí, esto es cuestión de Fe a lo Indiana Jones, fe en que hemos sido encarnados para experimentar sin elección la montaña rusa del motor emocional.
El juego tramposo de la disyuntiva fitfy fifty de emociones definidas o sin definir es la esencia del motor. No es verdad que el no emocional rule con las emociones del emocional, tampoco es verdad que el emocional rule con las exigencias del bazo, todo es un constructo vanidoso del ego que el mismo DH manipula. Aquí lo único que rula a todos por igual es la montaña rusa emocional de la vida pero inventamos un alguien a modo de psique que intenta controlar, dualizando, separando y culpabilizando.
Ahí es donde te han cogido por las pelotas/ovarios, en la superficie no cognitiva.
La vida ES y pone unas reglas motorizadas por la emoción de la separación de lo dual pero por debajo lo que hay es la experimentación para el desarrollo de un sistema cognitivo que se basa en la trinidad tonal, la verdadera prueba de la evolución de la sofisticación cognitiva.

La variable es la esencia de la experimentación cosmológica encarnada. La expresión cuadrimensional biológica de la combinatoria estratégico receptiva con la trinidad cognitiva.

Dejamos de hablar de consciencia o inconsciencia emocional o de motor emocional para despertar a la profunda mirada cognitiva que fluye a un futuro emocional y receptivo cuadridimensional.

Allí donde el Tiburón ya no hace falta y el ET -ALF se funde, sin yo, en el todo receptivo.
©Alf Gauna, 2024