Me dormí pronto.
Ella no estaba.
Tenía sueño.
Quizá ella too.
Juntos,
en el astral,
sin cuerpo,
todo es más fácil.
No hay distancias.
no hay moral,
ni edad,
ni enfermedad.
Paseamos,
comimos
un helado,
charlamos
en un banco
de ese parque,
y acabamos
viendo una peli
de woody,
en un cine
de cualquier
ciudad.
Al salir,
le pregunté,
¿cenamos
algo?,
ella asintió.
Fuimos a un
italiano,
yo no tomo
ni pasta
ni pizza,
menos aún rissotto,
pero you know,
en campo morfogenético,
allí ,
sin forma,
no cagas,
con lo cual,
pelillos
al agua,
pizza
y pasta
a la rabiata.
Con dos,
tiré de visa,
of course,
sin saldo
y why not
moroso,
pedimos un
tiramisú.
No sé
si le gusta,
da igual.
¿no?,
anoche ,
le gustó.
Pasamos
de
café,
nada de
licores,
es que
no,
oye
que
no
puedo
tomar
alcohol,
ni
en sueños.
El tiramisú
lo lleva y ya
me sentía raro.
¿Será que hay
alguien despierto
meanwhile
soñamos?
Bueno,
salimos.
dimos otro
garbeo,
para bajar
la cena,
menuda
gilipollez !
No, no
hizo falta
buscar un hotel,
chascamos
los dedos
y aparecimos
desnudos
en una cama,
¿ donde ?
en algún sitio,
que más da.
El baile
sufí
del amor
comenzó.
Besos,
abrazos,
caricias,
y mira
por donde
¡zas!
me desperté.
OMG !,
se me había
olvidado
tomar
la Viagra…
aunque,
maybe,
en el
metaverso
de
zuckerberryfinn
no hay
ni lingams
ni yonis,
ni yines,
ni yangnes
ni coños
ni pollas
solo
orgasmos
cuánticos.
Supernovas
posibles
de deseos
probables
a lo
Schrödinger.
…
Quizá,
una
ducha
me haga olvidar
…
la radio
me sorprende
y Frankie
me recuerda
…
©Alf Gauna, 2024