Beguine es un ritmo tropical.
No se si en Bali pega.
Aunque siento que mirar las estrellas, de noche, en una isla paradisiaca, junto a la amada , sí.
Comenzar de cero a cierta edad es complicado. Más cuando emerge una locura adolescente desde lo más profundo de tus células, lo llaman Sexalescencia.
Quirón abre las puertas al floreciemiento y el segundo de Saturno (58) a revivir una adolescencia reprimida en esa época entre Pinto y Valdemoro, entre Franco y la Transición, entre díos y patria.
Steiner y su Antroposofía llama al 8 septenio (49-56) el del maestro y el 9 (56-63) el del sabio.

Durante ese octavo septenio te das cuenta que mas que lo que tu quieras realizar importa lo que los otros necesitan de ti y a su vez se expande tu creatividad como cosmovisión de la totalidad.

El alumno latente entre los 7 y los 14 años despierta en el maestro interior de los 49-56. Ese espejamiento latente entre septenios. Imaginad la Secuencia de Venus…esa EQ que despierta al Siddhi.
Un Maestro que deja de ser guía para convertirse en consejero de tu disciplina interior, enseñar sin obligar. Esencial para delimitar esas red flags, esa autoridad interna, ese despertar cognitivo, que te empodera en el mundo de 7 centros.
Al llegar al noveno septenio reflejo del niño de 0-7 y regido por Saturno , el niñ@ sabio sin género emerge, ese Siddhi de la SQ.
La sabiduria no se viste de creatividad, eres creación. No es un proceso, es tu existencia.
Llegar a esos 63 años como sabio, como ser despierto, inmerso en el conocimiento de ti mismo ,dejando de luchar con la culpa y el miedo, intentando transformarlos y aprender de ellos, aceptar que los conflictos son interiores y que lo exterior solo son su reflejo, buscar en cada expereincia, en cada crisis, el renacimeinto de un nuevo hombre te permite soslayar el triste acto automático de exixtir , de ocupar sin más un lugar sin sentido con resignación.
Abierto al asombro, a la adoración y a la entrega del encuentro con personas especiales.
Es evidente que las circunstancias vitales, la mayoria de homeoestasis físicas o económicas, te pueden llevar al bajón nihilista, pero la esperanza anclada en la sabiduria te hace resurgir cada día.
Incluso cada hora.
Encontrar a quién amar es también un buen salvavidas y ya , ¡la leche!, ser correspondido, encontrar esa isla donde mirar las estrellas y bailar…
Venga Dionne , dale :
©Alf Gauna, 2024