La relación entre proyectores solo tiene una máxima.
El respeto a la diferencia de cada uno.
Es un mundo infinito, ese 20%.
Otro Planeta.
Incluso, te diría,que mi vida, nunca reconocida por ningún generador, simplemente, habita, la galaxia proyectora.
Otro mundo, otra dimensión. Es el mundo del no hacer, el realm multiperspectivista que observa desde diferentes dimensiones kósmicas.
Cuando escribí “Yo Proyector, la Revolución”, como antesala de la Escuela de Proyectores, simplemente abandoné el mundo generador.
Me dedique a compartir mi vida de proyector amargado.
Un compartir que con los años intenta ser una hoja de ruta de lo que si y de lo que no para los nuevos proyectores.
Sin más.
Esto me funcionó, esto no, en mi relación con el condicionamiento de 7 centros y con la mala pedagogía manifestadora del mundo del Diseño Humano.
Siempre he dicho que un proyector que sigue a un manifestador, mayormente bazos definidos, es proyector muerto.
Los manifestadores simplemente quieren impactar aunque para ellos tengan que destruir. La ira envenena y casi nunca les llega la paz. Y si no hay paz para mi, no la hay para nadie.
No se puede salir al mundo generador sin antes pensar en ti mismo, esto que digo va en contra del dogma esencial del Diseño Humano, el famoso camino de “quién es el otro”.
Mantras mentales que simplemente son milongas para sostener el dogma de lo mecánico.
Lo mécanico,en un inicio, no sirve para proyectores, casi siempre victimas de su infancia y del condicionamiento, sin antes lamer sus propias heridas.
Acompañar proyectores no es guiar. Es ejemplarizar tu diferencia para que él despierte a la suya.
Facilitar el camino a su diferencia, sin condicionarla, pero despertándole a los peligros ocultos detras de palabras bonitas como el amor, la familia, la maternidad, la fraternidad, la sororidad, la ideología, la pareja, la amistad y un largo etcetera.
El excesivo honor, lealtad, responsabilidad o culpabilidad son la espada de Damoclés del camino hacia nuestra diferenciación.
Nadie te obliga a aceptar que tus valores o creencias, incluso a que sueñes con que es tu identidad la que decide, se antepongan a ser proyector.
Mira, tu eliges. Al contrario, del “no chosse” joviano.
A veces es un todo o nada.
Solo expongo, no dogmatizo.
Then, tu mismo.
© Alf Gauna, 2025