Mi ser esta
constreñido.
Atrapado
en una carcel
de cartón.
Sólo,
una pequeña
ventana,
para ver.
Aunque,
casi,
mejor,
no mirar.
Que suceda
lo que tenga
que suceder.
He hecho
un agujero
para soplar,
también
que entre
algo
de aire.
Sí,
renovar
el amargo
ambiente
con algo
de esperanza.
No hay frustración,
un proyector
no hace.
No hay desilusión,
para ello
tenía que haber
vivido.
Saber vivir.
La ira murió
cuando acepté
la impotencia
del receptivo.
Solo las cosas
del querer
son la acuarela
que colorean
los cartones
que me cobijan.
Pinto con
mi sangre
poesías para
que cuando
alguien
entre en
la no
mía cueva
sepa
a quien
ame.
A quien
adore
con la devoción
del llanero
solitario,
anodino
viajero
del abrupto
kosmos.
© Alf Gauna, 2025