El kosmos físico habla con la química de la biología.
El Big Bang físico dio lugar al Big Bang bioquímico.
Esperando el Big Bang Noosférico.
El cura Chardin

no iba desencaminado aunque estuviera atado por el dogma.

Intuyó la flecha evolutiva.
El Padre físico-protón que encarnó en el cuerpo bioquímico del Hijo-electrón a la espera de resucitar en el Espíritu Santo del neutrino estéril.
Las tres fuerzas nuclear, electromagnética, débil, distintas expresiones de la fuente gravitatoria del monopolo.
Cuando de adolescente la lengua del Espíritu Santo se posaba sobre mi cabeza, las lenguas galácticas me poseían.
Mascullaba ininteligibles vocablos que poetizaban fantásticas absurdas que ahora toman forma de escolios de bloguero.
El mecanismo mitocondrial donde lo físico emerge en la complejidad bioquimica es el quid.
La continuidad del camino cognitivo en cada salto liminal, en esa singularidad donde lo anterior muta en la complejidad de lo posterior.
Es admirable aquellos que siguen su camino, seguimos, más allá de las imposiciones del Wa.
Descubrir y mostrar el mecanismo subyacente de un it-kosmos bobalicón que hasta que no se vio a través de la química del yo y del nosotros no despertó del letargo vacío de la nada para conocer la forma del algo donde vivía.
Lacan quizá tenga razón y sea el espejo del lenguaje el único mecanismo terapéutico para que el it despierte.
Sabes…quizá el mundo iría mejor asumiendo que solo son posibles los quizás…
© Alf Gauna, 2025