El Tiempo en sus Manos

Es una pena que las envidias, codicias, biografías, odios, rencores o dogmatismos nos hagan apartar la mirada del mensaje recibido la semana del 03 al 11 de enero de 1987 por el señor Alan (Robert) Krakower.

Desde que conocí este mensaje a principios del año 2000, si creo que ya ha pasado un nodo lunar, he intentado apartarme del cuerpo a cuerpo de la lucha en el barro de lo que es verdad o es mentira. La eterna lucha entre Elois y Morlocks. No siempre lo he conseguido.

La verdad tiene muchos niveles y tiene una jerarquía natural. Hay verdades que son más verdades que otras pues contienen complejidades que mucha gente no puede o no tiene interés en comprender. Es una opción personal de cada uno. Perfecto, si hay respeto. La experiencia me dice que no lo hay. El Ego siempre vence al respeto.

La serendipia de lo atemporal me trajo al fractal de este mensaje y comencé un proceso de deconstrucción, de hermeneútica, de biodescodificación del lenguaje con el que el mensaje fue articulado por el mensajero. Es como aquellos buscadores de oro del oeste americano que cribaban la arena en busca de las pepitas, las perlas de lo esencial.

Lo esencial no era lo que nos contaban, pues lo que nos narraban iba perfumado por el aroma de la filosofía de vida del humano que lo transmitía. Cómo todo buen investigador privado del Kosmos dirigí mi mirada a lo que llamaban “cursos grises”, aquello que tildaban de oscuro porque la ciencia no podía demostrar, detrás del velo que llaman el “ring pass not” por aquellos , casi siempre estratégicos, que les da pereza lo que no sirve para nada.

La vida me trajo la oportunidad de tener todo el Tiempo del Mundo, como Robert Taylor en la película de “Time Machine” basada en el libro de H.G.Wells, y traducida en hispanoamerica con un maravilloso “el Tiempo en tus Manos” y en España con el vago título de  “La Máquina del Tiempo». La eternidad del presente continuo.

En ese buceo solitario en el mundo kósmico a-lógico del orgasmo cuántico new age  – que resulto ser tan simple como un mundo de ondas de materia- encontré durante estos años cientos de perlas esenciales. Un mundo de ilusión y de fantasía, de magia multicolor que poco a poco se iba engarzando en un collar de sabiduría perenne, un collar de cosmología arquetipal donde la evolución de unos simples arquetipos físicos nos ha traído hasta el presente donde el universo comienza a parpadear a través de nuestros ojitos.

En paralelo, a esa interpretación de la Sagrada Escritura del Mensaje, comencé un proceso de corroboración científica del mismo. Toda la verdad esta en la red. Entre toda esa arena de las fake news del mundo homogeneizado el universo ha depositado el hilo que me ha servido para engarzar el collar que construye la mitología de nuestra individualidad , de nuestra singularidad, de nuestra diferencia, del Ser de Nueve Centros, el propósito que por un lado nos aleja del mundo de primer grado de Graves o Wilber, del mundo del mono asesino de siete centros de Krakower o del mundo del ego de Jung o de Groff , y que por otro nos nombra centauros turquesas de la transición kósmica transpersonal hacía la nueva especie: el Rave.

Lo siento señores pero , la parte física de lo transpersonal,  la viviremos como un simple sueño budista tipo el mindfullness de moda , sólo el Rave vivirá físicamente de manera post-turquesa a costa de su individualidad mental, una especie de alzheimer en favor de una “conciencia pentico kósmica”, prototipo de la futura Noosfera.

Si, realmente, he sigo guiado como Engram Neutrínico. Pero, mi guía no era ni un maestro ascendido ni un ET, simplemente la sensibilidad de mi cuerpo fundida con el Kosmos a través del Vórtice del Corazón y de la Pasión Humana por Amar lo Desconocido.

Al final, cuando despiertas, te das cuenta que ese amor por lo desconocido , no es más que el camino para volver a nuestra Kasa Kósmica Komún ,un Viaje de la Entreprise de la Mente por el Sueño de la Vida biológica.

© Alf Gauna, 2018

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