Guiando Proyectores 1

Hola, soy un proyector emocional y me dedico a guiar personas.

La vida ha hecho que la tipología de mi Target sean proyectoras.

Una vez alguien Yin me dijo en Lourdes que me pasaría esto. Si, una Voz. Lo que pasa es que mi marketing para venderme cómo mensajero y crear masas de seguidores choca con mi esencia, Así que, cómo me dijo el mensajero de la otra Voz, también Yin, pues nada al “one to one” y amodiño.

Las peculiaridades del mundo proyector es infinita. Si se es generador o manifestador siempre hay una mecánica superficial suficiente para funcionar eficazmente en este sistema estratégico de 7 centros en donde nos movemos todos, pero, la superficie, no, no es suficiente para el proyector.

Bueno, lo primero, destruyamos el título pues en si mismo es un ofensa para un proyector.

Yo les muestro mi historia, mi camino desde el condicionamiento generador o manifestador, trabajador o emprendedor, represivo o reactivo, sumiso o dominante, frustración o rabia hacia el reconocimiento empoderado de nuestra amargura paso previo a cualquier forma de éxito.

Reconocer la amargura no es algo fácil e identificar el éxito menos. Ambas se mueven en un mar de sesgos y de mitos de lo dado.

La simple definición que da la Rae para la amargura nos habla de un coctel molotov del No Ser de los otros tipos.

Viene a decir que es una frustración alargada en el tiempo que lleva a la desilusión , a la rabia, a la desesperación. Guau !

Identificar la amargura es la mayor de las trampas. El transgeneracional, la educación ,la cultura, la familia, las redes sociales, sino se estudia en profundidad, definirá la amargura antes que nuestro propio cuerpo. Un papa trabajador hará que la identifiquemos exclusivamente con frustración, un papa emprendedor nos hará que la identifiquemos con la rabia, la ira de no iniciar, un papa dominante y jerárquico nos llevará o a la rabia por reacción por no iniiciar o a la impotencia de la desilusión por represión. Quién dice papa, dice cualquier personaje condicionador.

Es evidente que cuando alguien llega al Diseño Humano su toma decisiones se basa en la presión mental que se reconstruye con la conducta psicología asociada a la configuración mecánica de nuestro diseño. Resumiendo las esenciales, miedos esplénicos de supervivencia, inquietudes emocionales de relación, ansiedades derivadas de los centros de presión y la más importante el monstruo de la definición o no del centro del ego o corazón.

A un proyector no se le puede decir espera la invitación para responder. Es la mayor cagada del Diseño Humano y el que venga por aquí con esa milonga que se largue de mi Escuela de Proyectores.

Se le puede decir espera, ten paciencia, deja de mirar fuera por un tiempo, pues hay que limpiar dentro primero, e investiga.

Si miras fuera como un perro en celo, venderás humo, humo que será muy eficaz y utilizable y el reconocimiento vendrá de generadores manifestantes que se aprovecharán de ti con razón por gilipollas.

Un niño proyector , es un niño indefenso que generará toda clase de conductas psicológicas al límite de lo disfuncional, narcisismo, disociación, bipolaridad,bordeline,histrionismo, depresión, todo lo que diga el manual DSMV.

No le digas espera la invitación a un niño o a una niña abusada sexualmente , a alguien con una dura infancia, un poquito de por favor. He visto proyectores jóvenes encerrados en vida esperando en casa escondidos para que venga el principe azul del reconocimiento.

No, no todo el mundo puede tener el juego de cintura para entender de modo amplio la estrategia del proyector, ni la cintura ni la preparación. Necesita que alguien le ayude a traducir esa estrategia para poder aplicarla según su biografía y según su momento vital circunstancial.

Veis?

Esto solo es una pequeña entrada del blog y no he terminado de hablar de la amargura y la estrategia.

La semilla de la Escuela de Proyectores siento que florece en mi.

Proyectores si os interesa mi forma de sentir… estaros atentos….

Puedes contactar si estás previamente interesado a :

alfgauna2018@gmail.com

©Alf Gauna, 2023

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