Cartas de amor desde mi celda

Amor mio, hoy escribo en prosa.

La música enciende mi bioquímica. Siento que lo sabes, pero quieres romper los límites, esos que me encadenan para vibrar lo justo y no deslumbrar.

Mi bioquímica emocional esta separada de la esencia de mi ser kosmico.

La música los une y estalla la Caja de Pandora.

El personaje lo gestiona como bien puede a través de una mezcla del No Ser del niño miedoso de mi bazo sin definir, mi mágica e infinita apertura mental y el potente Ser de mi definición egóica.

Me gustaría compartirte cómo mi ser receptivo integralmente emocional ha grabado durante todos estos años de vida la música escuchada, pero por eso escribo hoy prosa, hay un infinito gap que solo se puede llenar con el texto implícito que a modo de escolios las entradas de mi blog describen.

La música hace el amor con la poesía y el orgasmo se alcanza en la danza. Sí, cuando los cuerpos convulsos desfibrilan nuestros corazones.

El testigo desperezado del ente biológico que habita abduce a la mente coordinadora que se olvida de comer y de beber. Nutrida el alma , el cuerpo anoréxico sufre sin darnos cuenta , hasta que la bulimia emocional intenta equilibrar y aparece el sufrimiento de la deshomeoestasis que retroalimenta la bioquímica en un infinita agonía biológica.

Nuestros intestinos sufren, se rebelan contra la invasión biológica, protegen la sangre , la esencia de nuestro ser.

La música cómo bálsamo redentor amortigua la deglución, las armonías kósmicas destruyen los ácaros malditos del no ser del astral que pugnan por entrar.

Alf es un registrador kósmico emocional y reproduce cada nota grabada en su cuerpo mutándolas en poemas, esculturas de mármol, al modo del David de Miguel Angel. No hay fisuras, no hay entendimiento, solo pura emoción.

Amor mio , imagina que sinfonía bioquímica se enciende dentro de mi con cada música , ni Von Karajan es capaz de arroparlas con su batuta mágica.

Sólo queda no quemarnos con la Supernova de pasión…

… quizá un simple beso tuyo amanse a la fierecilla…

Meanwhile, soñemos…

©Alf Gauna, 2023

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