Lo mecánico y lo técnico, la búsqueda de lo que funciona, sí, ese hago esto, consigo aquello, enmascara la esencia de lo evolutivo.
La noria de la supervivencia satura lo estratégico obviando lo receptivo.
El bla,bla para el mañana impide respirar ese ahora modelado por el pasado evolutivo.
Por eso Einstein descubrió y describió ese espacio que es el universo.
Un espacio ubicuo que por desgracia nuestro neocortex por pura físico química solo puede metabolizar transformando un determinado rango de frecuencias en ese anodino tiempo que nos amarga.
La emergencia de lo receptivo es la muerte del tiempo. Nuestra vuelta al hogar kósmico primigenio.
Sí, no hay que ir a ningún lado, no hay deadines, solo un viaje atemporal por la malla del espacio en busca del arca perdida de la cognición.
Sí, parece que en esa no intención estocástica se esconde un feedback cognitivo.
Nunca se puede terminar de decir. Los paradigmas son humo.
En ese transitar kósmico lo encarnativo construye un testigo. Ese segundo big bang donde el protón se convierte en célula. La segunda manifestación, esa arca orgánica en busca de un feedback que diseñe la forma más óptima para conocer.
Sí, la kosmología del Rave describe el primer big bang, el diseño del las formas y el del embarazo es la cosmogonía del segundo. El mundo del DH , entenderá o no.
Como cuando Schwarzenegger “Terminator” en pelota picada llega del futuro para manifestar. Nuestro centro de la manifestación y nuestro G es el testigo inicial.
Sí, el G lleva los sonidos del universo, esconde el motor primigenio pre big bang, un vortice de fluctuaciones cuánticas , rotores de Planck, ese monopolo mal entendido
El G es un agujero negro-agujero blanco de retroalimentación cognitiva que nos comunica al wormhole de entrelazamiento cuántico ER=EPR a todos. Comunica es lenguaje de la mente, realmente es simple dependencia óntica.

Como no se dibujar intentaré describir con el mundo de las palabras. En esta época visual es un desafio.
Imaginemos, que el bicentro manifestación-centro G como unidad testigo tiene bisagras, una en el centro de la manifestación que nos une al ajna y otras en el centro G en su relación con el sacral, el centro del ego,el plexo y el bazo. Si, una a la supuesta mente y otra al cuerpo.


Siento que esta descripción limitada de lo que siento es la esencia del DH, la dicotomía autoridad interna y externa.

La pureza sonora kósmica del centro G esta más allá de las emociones de la vida orgánica y de las pajas mentales.
Despertar a este g-testigo interconectado relativiza el amor mecánico superficial e incluso el amor cognitivo.
Sentirlo es una experiencia mística, la realidad donde habitan los sonidos del silencio de la comprensión supuestamente telepática.
Luego, todo lo de fuera es un sueño, o un simple juego de ajedrez o de Go o un simple juego de humilde aceptación.
Siente, no hace falta entender…
©Alf Gauna, 2024