In Transitus

Esto de los cristalitos de personalidad me cansa.

Sí, el alma y el espíritu me aburren.

No sé como explicármelo a myself.

Hace unos cientos de miles de años ese mamífero de 5 centros con forma de mono vivía en el edén del presente.

Todo bien. Te venía un león y te comía. A otra cosa mariposa. No había miedo a la muerte ni al que el cielo se cayera sobre sus cabezas. No había un padre celestial que les protegiera, solo una mona que les daba de comer y le protegía unos años.

La evolución tuvo a su bien estocástico de levantar a ese mono de posarse en sus cuatro patas. Se apoyó en dos y comenzó a mirar más allá de sus narices. Aquí la cosa comenzó a joderse, aturdido tenía que gestionar con esa mirada , lo que había detrás y lo que había delante. De alguna manera la metáfora del tiempo nació. Ya, al menos podía ver venir al león, daba tiempo para establecer la estrategia de huida , subirse al árbol.

Oler, saborear y ahora mirar.

Ese homo ahora de 7 centros se hizo sapiens. Luego, la caída de la laringe, le permitió articular. Sí ya podía gritar “que viene el lobo y te comerá.”

Sí, básicamente ver y hablar. Si nos hubiéramos quedado ahí, quizá todo fluiría mejor o no.

Yo como soy un poco cenizo, mucho dice una amiga. Escribo desde el pesimismo kósmico o realismo biológico.

Pues eso, usemos el cenicero.

El programa evolutivo se jodió cuando la técnica estratégica apareció para asegurar la supervivencia. La agricultura neolítica hace unos diez mil años nos trajo el pecado, los siete capitales.

Tener comida en la despensa y unas paredes que nos protejan desarrolló la convivencia tribal, el folclore y las tradiciones. La codicia de poseer los recursos de la tribu de al lado alentó el imperialismo y el nacionalismo y la aparición del maligno en forma del Spectra Wa. Esta se encargó de inventar la civilización como excusa para robar.

Meanwhile los ociosos comenzaron a filosofar, la mente ya envenenada con las estrategias de supervivencia se envenena con la explicación de los porqués. Los traumas psicológicos de buscar un padre para toda la vida que nos protegiera fuera de la tierra o después de muertos nos alimento la idea de dios. Como decía Osho, dios es un trauma infantil, un ente psicológico para seguir protegidos como lo hacia papa y mama. Bueno con tanto trauma ya la cosa se fue de las manos y ciertos padres no podían proteger a sus hijos pues no les protegieron nadie y así aparece la rueda de la locura transgeneracional.

La evolución se infecta del malware de la mente, ese supuesto ver y hablar de lo que el cuerpo siente en su experiencia vital se convierte en un metaverso de heridas.

Descartés comenzó a dar por culo dandole el poder.

En 1781 unos entes transsaturninos abducen el nuevo volswagen wolf de 9 centros un GTi con muchos caballos difícil de domar en la circuito de Lemans de 7 centros. Son pilotos de prueba en tránsito que cabalgan a lo Alonso un caballo encabritado con el motor de las emociones.

Sí , pocos son la avezados que saquen al nuevo vehículo todas sus prestaciones.

Quiza por ello la fábrica kósmica nos mandó un manual de instrucciones allá por 1987.

Primero para domar los acelerones emocionales y segundo para encontrar la carretera fractal resonante.

Una autovía dharmica que te saca del camino pedregoso del karma de 7 centros.

El rally Paris-Dakar se convierte en esa autopista alemana donde no hay límite de velocidad.

Puedes disfrutar del entorno a tu velocidad de crucero en tu trayectoria diferenciada.

La frecuencia propia de tu ser.

Sin alma, sin espíritu…sólo sintiendo en el ahora el motor de las emociones en tus pelotas…¡uy! que poco inclusivo…sorry…o tus ovarios.

Sï, aunque seas proyector….😜

Sí, aunque no seas emocional…😂

©Alf Gauna, 2024

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