Calor?
sofocante.
Luz?
tenue.
Deseo?
ardiente.
La mente
dodecasilaba
emitiendo
cacofonías
de lógicas
intranscendentes.
La bioquímica
emite
músicas
dodecafónicas.
No,
no hay
un tono
mayor.
Sólo
es
escuchar.
Sentir
el olor
de tu pelo,
las ansias
de tus pezones,
el tambor
de nuestros
pechos,
el timbal
de nuestros
corazones,
la convulsión
de tu vagina,
y la sangre
brotando
en mi pene.
Marisa,
el egregor
danzante,
observa
envidiosa
como mi
cuerpo,
embadurnado
de esperanzas
sudorosas,
tiembla,
añora
unas gotas
de agua
que refresquen
mi convulsa
testa.
El Sol
y la Luna
son 30
en el cuerpo.
Algo
insoslayable
por
any
mind.
Espero
esperanzado
desde
el nihilismo
kósmico.
La única,
la verdadera
religión.
Esa que dice
que la nada
es el propósito
del todo,
en el instante
eterno
de la ubicua
noche
de
Lost.
(c) Alf Gauna, 2024