La ciencia y la religión son vanidades humanas.
La mente sólo puede filosofar.
Observar como lo kósmico encarna en lo biológico.
Como la kosmosofía rula la biosofía.
Y la biosofía nutre la evolución cognitiva mediante el motor emocional enfrentándose a la experiencia en el entorno que es Gaia.
Las fluctuaciones del vacio cuántico, malla espacio de Einstein, emiten el testigo sufí de la física nuclear, protón, y la química atómica,proton + electrón=hidrogeno, encarnan en formas moleculares bioquímicas adn-arn que evolucionan y mutan epigenéticamente la expresión proteica de lo orgánico que moldea la neuroplasticidad cortical con la experiencia emocional. El orfebre kósmico.
La liminalidad del giro cingulado establece el puente entre la quimera de lo inconsciente y lo consciente.
La insula, el testigo holístico, es el pasajero que informa del viaje de la forma mediante la optimización del potencial cognitivo.
La ciencia quedó en técnica, la religión en politica de estado. Todo al servicio de las civilizaciones estratégicas dominadas por el wa que manipula las tribus pénticas , pero que ya huelen a muerto.
Ellas mismas se autodestruiran o ya si eso , a manos morirá del meteórito exterminador de lo biológico.
Lo biológico es un puente a lo cognitivo.
Un kosmos pre-cognitivo que busca una forma cognitiva inerte al entorno.
La religíon y la falsa ciencia técnica han muerto.
Mientras los receptivos podemos seguir filosofando hasta la fecha de caducidad de la homeostasis de la forma biológica.
Sí, eso que llaman muerte.
© Alf Gauna, 2025