La física de la rotación encarna en la química de la emoción, que evoluciona mediante la mutación protónica y ejerce la fuerza débil hacia la cognición.
En ese camino evolutivo —de lo entrópico precognitivo hacia la emergencia de la sintropía cognitiva— se desprende calor.
Un calor que, en la noosfera, se expresa como falta de corrección en el mecanismo cuerpo-mente: llámalo “no-ser”, “sombra” o como prefieras.
Ese “calor” se manifiesta biológicamente a través del mecanismo de la inflamación.
La inflamación, descontrolada, conduce a la muerte.
En su corrección, en cambio, puede orientar hacia ese Punto Omega —cognitivo, no biodegradable, tal vez sempiterno.
En unas pocas líneas, resumo la Big History.
© Alf Gauna, 2025