Me he despertado turbio.
La info de la noche ha sido determinante.
Se me ha dicho que la gráfica del Rave no es el único esquema de conexión de nuestras activaciones.
Llevaba un tiempo conectando las 26 puertas, sus líneas y su subestructuras multidimensionalmente.
No sólo son las distintas frecuencias de cada clave genética.
Ni incluso los anillos codónicos de aminoácidos.
Decía Einstein que había mucho científicos de su época que le superaban en conocimiento, pero que no había casi nadie que superara su capacidad de conectar ese conocimiento de múltiples maneras novedosas.
Yo siento lo mismo, pero añadiendo mi apertura a lo multidisciplinar más allá de esoterimos o exoterismos , del bien y del mal.
Siento profundamente estas palabras de Richard en sus Claves Genéticas:
“Dado que nuestra consciencia primaria está transfiriéndose hacia el plexo solar, todas las percepciones futuras y los avances científicos provendrán de esta consciencia y no de nuestra mente lógica. Todo el modelo científico de aproximación cambiará. En vez de comenzar con una duda y ponerse a trabajar para resolver a través del método científico, comenzaremos con una certeza y usaremos la lógica para confirmar y profundizar en ella. Surgirá así una nueva era en que la ciencia y la tecnología se fundirán en una ciencia de síntesis. La ciencia trabajará codo con codo con el arte, la música, la mitología y la psicología, y , lo que es de particular importancia, estará basada en el estructura física y la comprensión del cuerpo.
Sin limites, accedemos al mundo fluctuante de lo potencial.
No, yo no lo llamo lo cuántico.
Yo lo llamo la magia de la estocástica de lo relacional.
Nada hay a priori.
Cuando los testigos juegan entre sí, todo puede suceder.
Como bien dice Stephen Wolfram:
“Siempre he asumido que cualquier entidad que exista en nuestro universo debe al menos «experimentar la misma física que nosotros».
Pero ahora me doy cuenta de que esto no es cierto.
En realidad, hay una diversidad casi infinita de diferentes formas de describir y experimentar nuestro universo, o en efecto, una diversidad casi infinita de diferentes «planos de existencia» para entidades en el universo, que corresponden a diferentes marcos de referencia posibles en el espacio donde todas las reglas y todas las perspectivas son posibles, todos conectados en última instancia por la computación universal y la relatividad del espacio de reglas.”
Darnos cuenta que es el lenguaje el que nos limita la libre conexión del conocimiento multidisciplinar, así Stephen continúa:
“Pero hay algo posible quizás más extraño. Si bien vemos nuestro universo, y la realidad, a través de nuestro tipo particular de lenguaje de descripción, hay un sinfín de otros lenguajes de descripción posibles que pueden conducir a descripciones de la realidad que parecerán coherentes (e incluso en ocasiones más «significativas») dentro de sí mismos, pero que nos parecerá corresponder a aspectos completamente incoherentes y sin sentido de nuestro universo.”
Según nos acercamos a la mutación siento en el horizonte la emergencia de la noosfera, un campo infinito de información basado en físicas desconocidas. Atrás queda el transito biológico, esa biosfera que ha permitido la consciencia autoreflexiva para desarrollar un sistema cognitivo físico-químico no biodegradable.
Es evidente que la soledad de los testigos con consciencia avanzada lleva a crisis existenciales en el límite de lo patológico cuando te descuidas de tu ancla homeoestática biológica.
Me gusta jugar al bingo kósmico suponiendo que somos un saquito de 26 bolitas, 13 rojas y 13 negras.26 prototemáticas que arquetipizamos con nuestra vida relacional mediante intercambio fractal de la triada indistinguible info-masa-energia.
Si, un bonita partida de billar de agujero negros estableciendo esos puentes de Einstein-Rosen en Busca del Arca Pérdida de los agujeros blancos.
No, no busques sentido, para ti quizá no lo haya.
©Alf Gauna, 2023