Te quiero.
También,
te adoro.
Cuando estamos heridos
todo son espinas.
Todos lo estamos.
Hay que sacar una a una.
Besar cada herida.
Lamerla.
Unos cuidados intensivos
diarios de caricias
y abrazos.
Poco a poco con
la medicina
konstante
de amor y
de cariño,
el corazón
respira.
El miedo
muta en
esperanza.
Nos empoderamos
para ocupar
nuestro lugar,
mostrarnos
tal como somos.
Cuando te quieren
y te adoran
la bioquimica de la
amargura se diluye,
amodiño emerje
el único exito,
la única satisfacción,
la única sorpresa,
la única paz,
existir
en el aquí
en el ahora.
La verdadera
expresión
de amor.
Adorar
tu presencia
diferenciada.
Avatar
kósmico
inefable.

©Alf Gauna, 2024