Satisfacción

Mi peluquera es feliz.

Lleva cortando el pelo a hombres desde los 18 años que montó su garito profesional por su cuenta. Da igual donde viviera, ella cortaba el pelo.

Mi esencia proyectora que se basa en estar todo el día preguntándome ¿quién coño es el otro? se ha percatado que una gran cantidad de gente que se me ha cruzado en la vida y que han dirigido sus estudios hacia la formación profesional, casi siempre están satisfechos.

Lo siguiente era averiguar sutilmente si eran generadores. Y, sí, en una gran mayoría.

Yo no se qué es la satisfacción pues como buen proyector estoy amargado. Pero, a la gente satisfecha, la huelo a distancia y, con cruzar un par de palabras, en seguida, lo confirmo.

Se quejan poco, si hay trabajo. El éxito les da igual, si hay trabajo. El amor, después del trabajo, y si no están cansados. Por el reconocimiento no pierden un minuto, si hay trabajo. Para la ira, no hay tiempo, pues hay trabajo. La paz habiendo trabajo es un concepto que no es necesario. ¿Desilusión?, bueno quizá el domingo, que hay poco trabajo y si no, corto el pelo a mis hijos.

Viven anclados en su don energético, en sus habilidades profesionales aprendidas y no pierden mucho tiempo en autoconocimientos profundos, para qué, si hay trabajo.

Si hay trabajo, estoy satisfecho, me importa poco preocuparme por quién es el otro e, incluso, importa poco perder el tiempo preocupándome por quién soy yo.

Viven vibrando en una superficie donde no hay tiempo para el victimismo, de hecho ese vibrar energético impide cualquier cambio de frecuencia, salvo que venga el gobierno friéndote a impuestos o algún tipo de virus jodiendo el trabajo.

Por otro lado, están esos generadores con estudios universitarios, esas madres qué lo han dado todo por sus hijos, mujeres que han interpuesto un amor mental a su desarrollo energético esencial, aquellos que han seguido los designios educacionales de la familia. De alguna manera, todos aquellos que han sido condicionados por las circunstancias de la vida son los que casi siempre se han movido en un tipo que no es el suyo.

Unas frases son suficiente para identificarlos. Es un lenguaje victimista donde, en seguida, la ira, la falta de reconocimiento que mucha veces confunden con el amor, el fracaso, la desilusión o la frustración son las emociones más habituales. Algunos, con resignación cristiana, otros con verdadero odio, muchos con verdaderos problemas psicológicos han ido sobreviviendo como han podido.

La tabla de salvación varía en dificultad. Si ese generador viene y está simplemente frustrado pues ya vamos por buen camino. Si viene preocupado por si mismo y por salir adelante, pues otro punto a su favor más.

Se complica la cosa, si les domina la ira, buscan el cariño o el reconocimiento de los demás o esta dominado por una desilusión que les lleva a la indiferencia por la vida. Estos son las casos más graves, pues la mayoría de las veces no ha habido las circunstancias vitales necesarias para un desarrollo psicológico maduro.

Te recuerdo que estoy hablando de generadores. Es fácil, extenderlo a los proyectores pues, la mayoría de las veces, los papeles están invertidos. Lo ves de inmediato cuando un proyector viene y sólo habla de él, de los maravillosos dones que tiene y que nadie le quiere. Un verdadero coñazo.

Es muy importante que el generador descubra su trayectoria profesional o artística desde una edad temprana pues será un ancla para una vida satisfactoria y una plataforma de despegue para aquellos elegidos que quieran profundizar en su mundo interior y en el de las relaciones. Sí, generador, estoy diciendo que las relaciones vienen después de tu satisfacción. Una satisfacción que conlleve un trabajo, que sea realmente como un hobby, y tu prosperidad económica. Luego ya si eso, mañaaaaana, vendrá el amor desde tu independencia no condicionada.

Bueno hay proyectores que llevan cantando 50 años, pero ya sabes el éxito temprano, las drogas y el dinero rompen la mecánica energética de la superficie y transciende al mundo de los avatares extraterrestres. JAJAJAJA