El determinismo y el libre albedrío son una paradoja cuántica.
Paradoja que el principio de complementariedad resuelve.
Unos sueñan que eligen desde su mente condicionada, incluso eligiendo como y cuando colapsar la función de onda de la realidad al antojo del ego, otros sueñan que es mejor aceptar lo que esta escrito en el código fuente del vacío para fluir sin fricciones y sin seguir los designios del malware mental de la homogeneización.
Todo está bien en la complementariedad de lo excluyente.
Ya sabes o medimos la velocidad o medimos la posición.
Dice Haramein que el vacío de las fluctuaciones cuánticas que llenan la malla del espacio-tiempo sigue una geometría holofractal ,la famosa Flor de la Vida. Una malla de 64 arquetipos geométricos físicos que establecen las temáticas psicológicas que desarrollamos en nuestra experiencia encarnatoria.
En el momento de nuestro de nacimiento un flash espacio-temporal se queda grabado en la placa fotográfica de nuestra Forma.
El sistema de coordenadas kósmico toma cómo referencia los elementos de nuestro sistema solar, a través de los planetas, el sol y la luna, y de nuestra galaxia, la Vía Láctea, a través de los nodos lunares.
Es cómo si ese vacío, ese agujero negro, que nos une a todos, exhalara pompitas de jabón que giran y giran rellenas de protones para ser , electrones para ver y neutrinos para conocer.
Desde ese universo de 64 bits y la información sellada en nuestra foto-forma recorremos el instante de nuestra vida.
Aquellos que siguen este camino complementario al del libre albedrío condicionado encontraron en 1987, en 2004, en 2012 y en 2015 un mapa de ruta consciente hacía ese “nuevo libre albedrío” complementariamente determinado que es aceptar el camino marcado por el universo en nuestro ADN.
En realidad, no encarnamos del todo hasta que no han pasado 21 años desde nuestro nacimiento y no comenzamos a poder mirar y conceptualizar nuestro entorno hasta que nos instalamos espacialmente en nuestro lugar correcto, con nuestra gente correcta, hasta que Saturno no vuelve, un poco más allá de cuando cumplimos 29 añitos…¡uy! si los padres supieran esto…
El agujero negro que todos llevamos dentro en forma de Flor de la Vida florece desde nuestra configuración espacio-temporal única y diferenciada allá por los 50, la nueva edad de oro transuraniana.
64 arquetipos y 26 posiciones espacio temporales cincelados en nuestro ADN esconden algo más que esa mecánica lógica que muestra el Diseño Humano. Esconden un camino holístico de integración de los 7 cuerpos teosóficos.
La corrección mecánica no es el final del camino, sólo es el principio hacía la cognición plena, próspera y armónica.
La Paz de la Convergencia Armónica y las Síntesis Holística
La flecha del Dharma de nuestra individuación cognitiva evoluciona como piñata de prosperidad envuelta por la gracia involutiva de la paz y la armonía.
Identificar y abrazar esa geometría kósmica vibracional que la fotoluminiscencia celular emite , al principio débilmente, es el verdadero camino musical para elevar en algunas octavas la señal de tu genialidad fractal.
La complementariedad del libre albedrio que acepta la determinación física del kosmos.
El cyborg que elige amar existiendo.
Si el libre albedrío homogeneizado de Putin lo permite, of course…
©Alf Gauna, 2022
Alf Gauna 
Siempre se me hacen cortos tus artículos. Gracias
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