Confrontación

Dice el Diseño Humano que la definición o no del centro de las emociones, plexo solar, define una mecánica psicológica espúrea de o no evitar la confrontación o de evitarla.

Confrontar no significa exclusivamente enfrentarse sin miedo al otro o a los otros sino , incluso, a nosotros mismos.

Cuando nos enfrentamos es porque por alguna razón nuestra verdad ha sido atacada.

La verdad para un emocional es algo complicado de identificar para los demás y, por supuesto, para nosotros mismos.

No hay que confundir nuestra verdad bioquímica, corporal, con tener razón mental.

Todo comienza cuando alguien pone en duda lo que tu cuerpo siente, incluso, cuando tu mismo lo haces.

No tengo palabras para cuando alguien dice eso de que no está bien que sientas eso o te equivocas cómo estás sintiendo esto o aquello.

Incluso, aunque no te hayas descondicionado y lo que sientas es un barributillo de heridas, sombras, condicionamientos, “no seres”, fusionado con la esencia de tu ser, lo que sientes sigue siendo tu verdad. Nada ni nadie puede poner en duda eso.

Es evidente que a lo largo del proceso de descondicionamiento tu sentir muta y se purifica, pero no significa que esa depuración te lleve a un sentir que sea reconocido o aceptado por lo homogéneo. Te llevará a una mutación donde tu verdad será reconocida exclusivamente por tu fractal y , muy probablemente, no quedará nadie de tu anterior vida.

El pecado , la educación, el “que dirán”, la familia, el estado nos ha impedido sentir lo moralmente incorrecto. El problema que la coherencia con nuestra mecánica y nuestra cognición define un ética individual que no entiende de morales homogeneizadas.

Quizá, el mayor peligro son aquellos seres emocionalmente definidos que confrontan con todo “quisqui” pero cómo huida a confrontarse con su propia verdad. Un eterno día de la marmota por no atreverse a coger los toros por los cuernos y aceptar que lo que sienten no tiene porque ser aceptado por los otros y, muchas veces por ese otro que como pareja o familiar cercano paga los platos rotos de ser un instrumento de su cobardía por no atreverse a decirle que no le ama.

Las distintas mecánicas de confrontación definen un apasionante mundo a estudiar a lo Felix Rodriguez de la Fuente y anotar, como naturalista kósmico, en el cuaderno de campo de la vida.

A modo de ejemplo, no es lo mismo, un plexo solar definido sin definición en el bazo que con definición. Para un bazo definido las emociones definidas siempre son un arma de manipulación y no de decisión. Para un bazo sin definir las emociones son una amplificación de la falta de claridad por el miedo, y, esencia infinita de procrastrinación.

Ser sincero siempre va a ser cruel. No hay paños calientes. Esa sinceridad emocional propia es la herramienta que utiliza el programa para hacer avanzar y mutar al otro. Aquello que te lleva al camino karmico de identificación de tus heridas o hacía a la expresión genuina de tu individuación.

La única inteligencia emocional, repito y repito, es la la libertad de expresión. Proceso depurativo de la definición como motor condicionado y que te encamina a la expresión creativa de tu genuina conciencia emocional, tu única y verdadera verdad, como un tsunami de olas de las distintas frecuencias que resuenan o no con tu circunstancia vital.

Decia Ortega: “Yo soy Yo y mi circunstancia”.

El Diseño dice lo mismo pero añade:

¿sabes?

este eres tu, estas son tus circunstancias correctas y, encima, tienes que navegar a través de ellas de esta manera…

ah!

Y si te cansas de lo mundano, descubrirás en el maletero de tu vehículo un alma dormida a la espera del eterno despertar arquetipal.

Allí donde las diagonales de Marte mutan lo mundano por ese awareness, ese darse cuenta kósmico, emergente.

©Alf Gauna, 2023