Montecarlo, tu, yo y nuestro pequeño descapotable.
Nuestro amor encoleriza a Dios, no quiere mariconadas. Un padre quiere fe, no amor.
¡ Qué importa¡ nos tenemos, tenemos dinero para gastar y el mundo es bello.
Pero, cariño, tengo miedo a Dios. No te preocupes está en las Pléyades y hay retardo en la señal.
Disfruta, baila y “orgasmea” tu vida. En instantes supremos de placeres ausentes de yoes, constructos de psicólogos y de filósofos anaorgásmicos.
La sensibilidad de nuestras emociones barruntan quejas insinceras, apátridas, agnósticas de miedos, aburridas.
¡Que más da ¡ Ser un pijama de panes y peces regurgitados en teologías sin fe, teologías naturales, toma ya, no hay dogma, sólo gnosticismo ateo.
¡ A paseo ¡.
Pasemos y tomemos algo. Un Nespressssso, un Martíni. No sé ¿qué se toma aquí?. Sonar, suena de puta madre.
María la virgen si, la de Lourdes, me dice que es bonito el amor entre una mujer y su creación, el hijo, el hombre, es materia. La virgen nunca se equivoca es madre y las madres no mienten. No tienen mente, no tienen sentimiento, son madres simplemente creadoras y dadoras de vida y de materia. Anótese diosas.
Diosas de ser, diosas de hombres anodinos que pueden evolucionar si encuentran su alma entre sus cojones.
© Alf Gauna,2017