Foto: María Zambrano (1904-1991)
Sí, la verdad se siente, la verdad no se comprende. Sentir es nuestro despertar a ser partícipes del cuerpo común del Kosmos. Sentir es fluir en el plasma de quarks del universo. Sentir es un Honor Kósmico.
Sentimos con nuestro cuerpo (el cerebro también es cuerpo, muchas veces se olvida) por ello es importante potenciar nuestra cognición diferenciada para colorear nuestra expresión y compartirla desde nuestro testigo, una vez que soslayamos el condicionamiento que hace de titiritero de nuestra mente.
Desde pequeño me fije en esas mujeres que se movían en un mundo de hombres. Verdaderas influencers olvidadas que aportaban el sentir al razonamiento filosófico.
Foto: Grace Hooper, madre del ordenador personal
Hoy traigo al recuerdo a María Zambrano aprovechando la publicación de un tomo que faltaba de su obra como se describe en este artículo del Mundo. Merece la pena conocerla.
Su vida se debatió entre la actitud filosófica, la pregunta y la actitud poética, la respuesta. Una razón poética ante la insuficiencia del racionalismo.
En esas épocas donde el condicionamiento nos ahogaba, más si eres mujer, más si eras republicana , más si eras exiliada , más si…María nos dice:
«Yo me he sentido mal en todas las partes. Y la primera de todas, en mi cuerpo”.
“Hay cosas que, más que comprenderse, se sienten”
“ El místico no sabe, ni quiere saber,ni puede saber.”
La poesía era el refugio del sentimiento allá donde la razón imperaba. No era posible su integración, nadie aceptaba ni acepta que de un edificio de diez plantas nuestro inconsciente emocional evolutivo ocupaban las nueve primeras.
El cuerpo es la respuesta inconsciente de nuestras decisiones María lo intuía y se sentía incomoda pues no podía integrar el razonamiento con sentimiento.
María es un buen ejemplo para que la mujer moderna no se olvide de reconocer e integrar esa faceta sensitiva corporal inconsciente en su toma de decisiones en un mundo donde predomina un paradigma yang darwinista naranja con ribetes falsos verdes
Una verdadera influencer del siglo XXI tendría que vivir la vida con actitud poética y compartir sus experiencias escuchando la música de su cuerpo. Gracias a dios parece que algunas «zetas» han podido sobrevivir al holocausto racional…
Dejemos que nuestro cuerpo interprete la melodía única del pedacito de Kosmos oculto detrás del velo de nuestra mente, allí donde habita nuestra Alma, testigo libre del devenir.
© Alf Gauna, 2019
Alf Gauna 