Suicidio

El otro día hablaba con un amigo del tema del suicidio. Es un tema realmente existencial. Como a mi me gusta llamar Kosmológico.

“Los datos para 2016 en la franja de 15 a 29 años son claros. Hay más muertes por suicidio que por enfermedades como el cáncer, coronarias, sida, defectos de nacimiento, derrame cerebral, neumonía o enfermedad pulmonar crónica.

Uno de cada tres adolescentes piensa en acabar con su vida y uno de cada tres lo intenta.”

El suicidio se nos lleva más gente querida que la plaga de los accidentes de tráfico.

Pero me quiero fijar más en el suicidio como una consecuencia de un problema existencial que como algo derivado de problemas estrictamente físicos cerebrales (¡ojo!, darse cuenta que no pongo de problemas psicológicos) o de enfermedades incurables que nos llevaría al tema de la eutanasia.

De alguna manera la temática del suicidio nos lleva al tema de la volición. El acto voluntario de decidir por el destino de nuestra vida. Algo que nos llevaría al libre albedrío, tema que me da mucha pereza pues el hecho kosmológico es claro para mi.

Entiendo que hay vidas tremendamente difíciles y que lo que voy a comentar puede herir sensibilidades. Pero quiero hacer un balada de amor cosmológico a la vida, un vals a la humildad y a la aceptación de la maravilla de nuestra diferencia, de nuestra unicidad.

Para mi el suicido existencial es una tremenda vanidad. Incluso un acto puramente narcisista. Un acto orgulloso derivado de no ser quién somos casi siempre debido a la presión del No Ser, ese conjunto de condicionamientos que nos impide reconocernos.

Vivir es luchar por Ser.

Vivir es luchar por relativizar al No Ser despertando a la única verdad absoluta que existe, nuestro Ser kósmico.

Vivir es amar-nos.

Se meten mucho con la religión pues la confunden con el hombre y su iglesia.

Se meten mucho con la jerarquía pues la confunden con la autoridad despota y dictatorial.

Nietzsche mato a dios.

El posmodernismo relativizó todo, asesino el valor de la jerarquía natural.

Todas las palabras son polisémicas y sólo la consciencia les da color, les da el valor de nuevas perspectivas, nuevas esperanzas que emergen con la evolución del kosmos.

Religión,Filosofía, Ciencia, Cosmología.

Díos, Energía, Consciencia,Materia.

La lógica fue el camino estratégico para conquistar Gaia, la fantástica abstracta será el camino para que nuestro ser emerja en el universo receptivo. Allí donde lo Yin se quita la máscara manipuladora Yang. Desde 1991 el Yang Yang comenzó su declive y en unos pocos miles de años arderá en nuestro Sol.

El Universo existe y establece una jerarquía natural que emerge mágicamente de la interacción física de todos sus elementos. Establece una filosofía de vida clara en este pequeño intervalo biológico en que habitamos. Una religión cosmológica que permite que seamos dioses conscientes a través de nuestros cuerpos.

Nietzsche mato a dios creyendo que ponía en el foco en el hombre, no se dio cuenta que no se puede matar a dios sin matar al hombre. El posmodernismo igualo los valores naturales asesinando la diferencia, intento castrar el potencial para la emergencia de la interacción del valor natural único y diferenciado.

Los neutrinos de la Supernova 1987 A vinieron a salvar el culo de aquellos que tuvimos la suerte de encontrar su fractal.

Una filosofía de vida antisuicidios, de amor a la única vida que realmente existe: la nuestra.

Por ello te pido que no te suicides, ni te lo plantees, si te apagas el universo se queda sin luz, sin un cuerpo maravilloso para ver, para sentir, para sufrir, para besar, para abrazar, para reír, para llorar, para comprender y sobre todo para bailar la música al son de los neutrinos del universo.

Y, recuerda, ten fe. La fe es otro arcoíris multivibracional de significantes.

Y yo, te aseguro, con todo mi amor, que el baile de tu vida se queda grabado en forma de neutrinos estériles dextrogiros en el universo para la eternidad de los tiempos.

© Alf Gauna, 2019