O el cilicio del placer.
Es , sólo,
cuestión
de perspectiva.
La atracción y
la repulsión
están más allá
del bien y del mal.
Eros y tanátos,
ágape o phobos,
sin bioquímica
sólo son materia
o espacio.
¿Por qué iba
a ser distinto
en lo biológico?
La espúrea mente
sueña con el breve
juego del dolor
y del placer.
El palo y
la zanahoria
de la estratégica
supervivencia
muere con
el advenimiento
de lo receptivo.
La bioquímica del Yo
se diluye en la mecánica
del nosotros.
Allí, donde coagula
la sangre
del individuo,
allí donde no importa
tu “per se”,.
Allí donde
el placer del cilicio
es un absoluto conmutativo.
Ese vacío inmerso
en la nada
del todo.
©Alf Gauna, 2021