Pues eso,
que no hay manera.
La mente
puede querer
lo que quiera.
Pero,
la vida decide.
Las cartas
están marcadas.
Y el juego
no lo dirige
la mente.
Lo marca
el camino cincelado
en nuestro adn.
No, no es la milonga
de lo de Darwin.
Es la putada
“de que”
a algunos
se nos obligue
a ver el camino
por adelantado.
Y ,aún,
queriendo cambiarlo
con la mente condicionada,
te “lo tragas con patatas”,
quieras o no quieras,
son “lentejas,
si quieres las dejas”.
Eso de “jodete y baila”.
Acepta.
Disfrutar depende de ti.
Abre el corazón.
aunque no quieras.
Así,
duele más.
Oye que hay otros
que viven de rositas
y esa es la otra putada,
la estupidez de comparar
encarnaciones,
el mayor mal del sufrimiento
homogeneizado.
Cuando la mente para,
el cuerpo fluye,
el corazón es coherente
con el latido del espacio
que nos conecta
y la vida sucede.
Suceda
lo que suceda.
Sin bien
y sin mal.
Con placer
o con dolor.
Raw Life.
©Alf Gauna, 2022