Cuadro ©D.SKolant
En las noches oscuras del alma el testigo huérfano ora al Universo Yin en busca de consuelo:
¡Mamáaaa , Mamita!
«Mancillado mi cuerpo con rosas de espinas
púrpuras y doradas de infancias dormidas.
Mamáaa,
estoy sólo,tengo miedo y él viene
ácido y temeroso de la sombra familiar.
Mamáaa,
protégeme en tu seno lleno de compasión y
de amores límbicos, de los reptiles biológicos henchidos
de instintos viles y terrenales.
Mamita,
suenan las trompetas del ayer en mi oido angustiado
por reconocer que dios llama a tu puerta
para que comience la labor de redimir y acompañar
al desvalido en su tránsito al espíritu divino.
Madre,
guíame y hazme comprender que este mundo
que me acompaña es solo la consciencia en
el vacio de la forma evolucionando eternamente sin fin,
hacia ti, mi amor.
Loado sea tu nombre que esotéricamente
ha comprendido el bien de mi forma como
camino espiritual de vida y de amor.
Ayudando, sin fin, a comprender
la vida de sufrimiento y melancolía
a los desarraigados del espíritu.
Envilecidos por la materia y el deseo
de poseer lo que no hay,
lo que no es.»
© Alf Gauna, 2017-19