Se que me repito.
Hay algo dentro de mi que me empuja a destruir términos caducos.
Realmente todo paradigma muere en el momento que se nombra.
Mientras haya movimiento hay cambio.
Si hay cambio. Nominar es absurdo.
Denominar es parar lo que se mueve para controlar. Es una estrategia.
Y eso ha muerto.
Ser receptivo significa estar abierto al cambio, por eso hay que estar vacíos.
Incluso ese mismo concepto de ser receptivo sólo es otro mito, otra mera aproximación de nuestro intento de controlar nuestro miedo.
La mente es vanidosa. Y cree que ocupa espacio en nuestro cuerpo. Intenta denominar para sentirse importante.
Díos-Energía-Espacio-Vacio-Conciencia es el eje temporal de la mente homogeneizada para establecer paradigmas de control. A mi me aburre pararme mucho tiempo en un mismo paradigma, por eso viajo siempre en primera línea, sentado en la flecha que indica el sentido de lo siguiente.
No se porque se usa términos metafísicos para un mundo físico. Bueno si lo se, parece qué estamos inmersos irremediablemente a un condicionamiento genético donde dios y el hambre comparten el mismo anillo de aminoácidos.
Me podéis decir que Energía , no es un término metafísico pero apuesto que más de uno no es capaz de definirlo. Mirar si queréis este video.
Si , simplemente, hiciéramos física básica ,vale os dejo que os ayudéis por esos microscopios electrónicos, aceleradores de partículas, telescopios captadores del dominio electromagnético, los novedosos receptores de ondas gravitacionales o los receptores de partículas como los de neutrinos , y fuéramos como algunos de esos griegos que simplemente observaban sin corsés matemáticos y evitaramos la tendencia metafísica de lo cuántico quizá nos diéramos cuenta aquello de la navaja de Ockham de que lo sencillo es el camino más seguro.
Claro el secreto es mirar sin mente condicionada, es permitir que el propio universo se autoreconozca a través de nuestro cuerpo sin lógicas ni abstracciones subyacentes pero con mecánicas cognitivamente despiertas.
La física básica es mecánica más movimiento, dinámica. Un simple juego de billar donde siempre dudaremos de que y no quién inicio la partida. Un juego kósmico de n bolas de billar que se trasladan y rotan, que se agrupan o se disgregan , autocreando autoespacio para autoemerger en el autoreconocimiento. Si aceptando el misterio esencial del universo, la rotación intrínseca. Unas bolas de billar que siempre están rotando y que el movimiento traslacional y orbitacional y el choque les da “efectos” emergentes asombrosos, una magia donde dios muere.
De alguna manera ser receptivo es girar y girar como un bailarín sufi y permitir que las otras bolas choquen libremente con nosotros y no soñar qué las podemos esquivar como aguerridos toreros kósmicos. Es cuando nuestra frecuencia transmuta y re-emite el mensaje de la interacción enriqueciendo el autoreconocimiento kósmico.
Somos receptivos, pequeñitas bolas de billar en un atemporal baile súfi esperando el despertar de la interacción que nos llevará a la emergencia de un nuevo “deja vu”…
Olvida la conciencia, olvida tanto paradigma y sal a bailar….seremos uno más para disfrutar.
© Alf Gauna, 2020