Sufro,
sí,
sufro,
por el amor
de la mujer.
No es por el de una,
es por el de muchas.
Machín lo reducía
todo a dos:
“Una,
esposa y madre
a la vez.”
“Otra,
complemento
de mis ansias.”
Soy un
polígamo kósmico,
pero mis
ansias galácticas
no se satisfacen
con esos
impersonales
tránsitos planetarios
que definen,
a cada instante,
cada canal,
cada puerta,
cada línea de
mi ser.
Necesito esa
energía yin
que equilibre ese
yang que me robaron en la infancia,
y que resucitó una noche de verano
de hace ya casi 3 años.
Una sinastría femenina
que complemente
cada poro de consciencia
de mi mecánica
sin activar.
Quiero jugar a ser dios
fundiéndome, con pasión.
con el ser de
cada mujer
que aparezca en mi vida.
Esa energía femenina
mitificada
en la figura
de la Virgen de Lourdes
que sana nuestros corazones,
y cuya misión
de armonización
ella misma
me encomendó
10 años atrás.
Necesito
que
me
necesiten,
y
así,
contagiar
el virus
de la vida que,
en forma
de semilla de amor
a ellas mismas,
deposito
en sus cuerpos,
sin que quizá
se den cuenta.
Mientras sigo
intentando
perdonar la culpa
de una mente loca
de monogamia
adquirida.
Y agradezco
el regalo,
en forma
de compañera
de vida,
con que el universo
me premió.
©Alf Gauna, 2020
Te necesito, sí. Te necesitamos… y tú a nosotras 💞
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La piel de pollo al leerte. Me va a dar algo ya, eh.. santo dios, debo estar soñando
PD: no publiques esto.. jajaja
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