© Gráfica mágica de mi amigo Alejandro Luque. Gracias!
Ya me lo decía una novia de mi juventud:
”Alf le das mucho al coco y yo solo quiero follar”.
Yo como ALF, tengo tiempo para las dos cosas. Entiendo que los demás tengan prisas, que necesiten el 5G del milisegundo, pero yo me quede en el Egipto donde las crecidas del Nilo de las emociones marcaban los tiempos.
Hoy me toca hacerme un pajote mental y cómo buen ser pasivamente receptivo no hay volición estratégica. Soy consciente, algo que supone un esfuerzo agotador, que para el sistema, lo que escriba, no es más que el pedo noosférico de un friki. Algo que realmente alimenta mi rebeldía sin causa y me pone.
Sí, en alguna una de esas “claves del Rudd” de mi perfi, me dice algo así que meter cizaña desde dentro, es la semilla de la revolución y el sueño del renacimiento.
Bueno, pues venga. Vamos a tensar cuerdas.
A mi eso del rojo y del negro del DH siempre me ha rechinado. De hecho sigo sin entenderlo. Es aceptar que somos esquizofrénicos por naturaleza.
Sí, es retorcido de cojones, dos fechas de nacimiento, dos seres conviviendo, pegándose para ponerse de acuerdo. Y van y, encima, dicen que hay un tercero en discordia tocando las narices, un especie de locura colectiva homogeneizante que nos intenta moldear a su imagen y semejanza, ese No-Ser a lo “Don Diablo” de Miguelito Bosé.
Se monto la gorda , el sueño de un menage a trois biológico en busca de la consciencia del bicho que quiere parir el kosmos.
No me extraña que Ra dijera que esto es para unos pocos, y que si profundizas más ,al final, sólo quedan cuatro gatos que se puedan enterar.
Todos se retuerce aún más cuando subes de nivel y despiertas al inconsciente y reconoces que la consciencia es un sueño. Y que la toma de decisiones es un juego de rol automatizado.
Un Yo Robot ejecutando un software inconsciente kósmico luchando contra los malwares y los phishings homogeneizantes invasores resultado de la interacción con el entorno y los otros.
Así que sin beberlo y sin comerlo nos encontramos con el cuerpo, la personalidad, la mente-no-ser, el ser holístico, la variable cognitiva y veinte mil polladas más para tenernos entretenidos unos cuánto años y al final olvidarte de follar con tu novia-o.
Sí, todo el pescado está vendido antes de empezar el juego de la toma de decisiones.
Hay dos opciones , jugar de manera inconsciente, algo entre divertido y morboso, o traer todo al consciente siguiendo las instrucciones del DH para minimizar las hostias de la vida, algo puramente estratégico.
Claro, yo tuve la suerte de enterarme pronto de lo niveles avanzados y darme cuenta que eso que llaman variable te orienta claramente cómo tienes que jugar esta partida amañada que es la vida.
No es lo mismo jugar como un Alf
que como un tiburón.
Está claro.
Decían algunas lenguas, tampoco es seguro, pues hay mucho floclore capitalista anglosajón, que Ra al final se fijaba sólo en la parte del Diseño, del cuerpo, de lo inconsciente.
Mi Quirón fue el 21-12-2012, desde entonces de lo único que soy consciente es de que la vida se rige por el no tiempo de la serendipia inconsciente.
Al final es mi Variable Alf quién define la manera de estar en el mundo ( no os confundais las flechitas de la personalidad son realmente del neocortex, el momento en que se hace la luz al salir del útero materno), mi 4 del perfil inconsciente muestra la manera que mi cuerpo se une a la red del amor, a la red de la vida y mi mecánica superficial se rige más por mi diseño inconsciente, en rojo, que en el del sueño dual cuerpo-personalidad que el monopolo lucha en vano por mantener.
Alf es un naturalista dinámico y utiliza este blog a modo de cuaderno de campo donde anota sus observaciones poéticas a modo de “Felix Rodriguez de De la Fuente” Kósmico.
Un cuaderno de amor a la vida, una faceta más, de uno más de los fractales, de uno de los universos, de los multiversos del Kosmos.
Mañana quizá veré todo de manera diferente, algo que al mundo estratégico rechina y que para mi es algo normal, pues, cuando te mueves, la perspectiva cambia.
Y, en poco tiempo, las nubes de Andrómeda mutarán el paisaje de la Vía Láctea.
©Alf Gauna, 2020