Esa pasión
interior
que me confunde.
Vuelca en
mis intestinos
el miedo
escénico
del despertar.
Ese terror
que mañana
a mañana
constriñe
mi ser.
La premonición
del inevitable
dolor
de enfrentarse
con ese tsunami
de mierda que
metaboliza
la emoción
ajena.
Castigado
por el No Ser
en forma
de estenosado
túnel
renace mi Ser
en el diario sacrificio
de la sangre redentora.
Esa lotería diaria
que me premia
o me castiga
con el
juego diabólico
del palo
o de la zanahoria.
La maldita
bendición
de amar
la vida
aunque duela.
©Alf Gauna, 2021