Estoy saturado de dolor.
Un dolor sin solución.
La mente
no es
capaz
de decidir,
la vida en el
cuerpo
lo hará
o
no.
Distinguir
entre
miedo y
necesidad
no tiene sentido
con el hipocampo
encogido.
El fiat
enrojece
la hez
del ayer,
encogiendo
la voluntad
del
mañana.
En la corchea,
mitad del negro
futuro,
doble
de la semicorchea
de la nada del ayer,
vislumbro
el poder
indoloro
en el
silencio
del ahora.
Respiro
y
sueño.
Sueño
y,, quizá,
mañana,
respire
again,
la primitiva
diaria
del dolor
decidirá.
©Alf Gauna, 2022