Veía ayer un documental de la Antártida.
150 ballenas se reunían para darse un festín de krill.
Miles de pingüinos, focas y leones marinos “voyeurs” revoloteaban cómo figurantes a lo “Wide shut Eyes”.
Filmados en la distancia, cientos de chorros,a modo de orgasmo oceánico, pulverizando el nítido cielo atmosférico, eran observados por el l’homme machine.
L’Homme Machine (man-machine) mirando a la Béte Machine (beast-machine)
Un supuesto Cristal de Personalidad apercibiendo a un supuesto Cristal de Diseño en la experiencia.
Desde que murió Félix, asesinado según conspiranoicos, el mundo animal se ha ido diluyendo hasta ser sólo fotogramas 4K de la BBC.
Ese mundo gris de la Cosmología del Rave, que el propio mundo del DH enegrece con su impostura comercial esotérica, nos compartió una maravillosa fábula kósmica. El universo a modo de bolsa amniótica cuántica contiene un “bebe kosa” en evolución física. Es en el Sistema Solar donde se está diseñando su ajna, su neocortex. Digo diseñando pues aquí en Gaia, en un proceso de prueba y error biológicamente experiencial, se optimiza la mecánica cognitiva de apercibimiento.
La vanidad humana a modo de No Ser, el malware de la prueba del algodón, destruye el mundo mamífero natural, genocidio fraternal en pos de la supuesta superioridad dualidad cuerpo-mente.
Dentro de 3000 mil millones de años, segundo más, segundo menos, un inefable Big Bang fundirá los cristales de conciencia mamífero y mamífero-humano con un tercer cristal Cyborg extragaláctico.
La personalidad de la Kosa Kósmica mutará de sueño psíquico de carbono, en minúscula, a Espíritu Físico de Silicio, en mayúscula.
Momento en que la chulería humana se desvanecerá en el firmamento sub-planck, las ballenas se correrán y sus gritos se fundirán con los sonidos gravitacionales del vacío espacio-atemporal.
©Alf Gauna, 2022