La vibración es eso, la posibilidad de volver a tu sitio.
Bueno, siempre que no rompas y tengas buena resilencia.
Sueñas en resonancias, armonías o disonancias, incluso puedes llegar a muchas octavas, en función de tu bioquímica emocional y, luego, la cadencia se amortigua por fricción hasta que te resitúa en el punto de anclaje.
Al final el sueño analógico se digitaliza en un simple binario 1 ó 0 , 0 ó1.
No significa que todo en su sitio sea lo que tu mente quiere, significa que es lo que hay, lo que la vida permite.
Tu mente se puede encabronar o aceptar.
Todo en la mente es dual.
Sí 1 ó 0.
La madurez te puede llevar a transcender la mente y situarte de testigo en esa liminalidad (gracias Iago), en ese limbo de cambio de fase entre dualidades , donde no existes biológicamente pero observas kósmicamente el movimiento entre el eso y el aquello, entre el This & That, ese movimiento, es el pensamiento.
O también te puede llevar a disfrutar de la vida en modo analógico y disfrutar del parque de atracciones de la vida con el corazón abierto, surcar las montañas rusas de tus emociones, aceptar cada lado de la dualidad de tu pensamiento. Algunos a esto , lo llaman, simplemente, vivir.
Quizá la trampa este en la vanidad de la volición de que eliges un camino u otro.
La vida acontece, la volición estratégica evolutiva ha muerto y ha mutado a la receptividad de la aceptación de la muerte biológica, a algunos el kosmos les obliga a observarla, a otros a vivirla intensamente y a otros a entrar y salir…algo muy, pero, que muy proyector (DH).
©Alf Gauna, 2022