Decididamente las emociones sin bazo definido tienen un matiz especial.
Sé que esto sin conocer algo de DH es complicado de entender.
Requiere de mucha experiencia relacional.
La emoción con miedo no es la misma que sin miedo. El miedo es el matiz esencial. El que la tiñe de romanticismo sado masoquista, de fantasías de deseo o de dudas de fidelidad vincular. El que despierta la creatividad a lo Chopin.
El bazo es un ancla estratégica en un presente liberador de las “pestilentes”dudas cíclicamente emocionales.
La lucha de autoridad interna entre el bazo o el plexo solar cuando ambos están definidos es encarnizada, colérica, abrasiva, tentadora, dominante, excitante, frustrante, desilusionante, amargante. Una lucha entre la autoridad del No Ser del bazo que resuena plenamente con el sistema y la del plexo solar que si resonará alejaría tu Ser de la eficacia y de la funcionalidad en el sistema.
La jerarquía emocional es difícilmente entendible por el ciudadano común pues la supervivencia material siempre está en juego.
Todos esos gurus hablan de controlar las emociones para no cagarla. Con un plexo definido y con un bazo sin definir, es complicado no cagarla. El miedo amplifica todo, reaccionando o reprimiendo , es el gran activador de cualquier sombra.
En DH se nos habla de la espera cómo única herramienta posible. El que tiene miedo(bazo sin definir) difícilmente espera el paso de la ola y el que no lo tiene (bazo sin definir) prefiere la inmediatez de su intuición presente.
Al final esperar a que las cosas sucedan es el único camino para un emocional. Un verdadero acto de fe que muy pocos son capaces de ejecutar.
El amor es espera.
La vida es espera.
Despertar a la mente para que se de cuenta que el cuerpo no tiene tiempo, sucede aconteciendo en un presente continuo.
Es cuando la ilusión de la espera causa efecto se diluye en una serie continua de serendipias y sincronías atemporales, acausales, estocásticamente puras y coherentes.
El azahar de la resonancia fractal
©Alf Gauna, 2022