No te das cuenta de la tensión hasta que el cuerpo explota.
La olla express emocional y , curiosamente, también, el centro G, estallan.
Corporalmente es jodido pues es cómo si un Alien quisiera salir por el abdomen.

Toda la caja torácica se intenta expandir para dejar sitio a la supernova de luz, amor, deseos, dolor y responsabilidades.
Mi potente ego definido intenta controlar gestionando todas esas circunstancias del condicionamiento que aprisionan mi pecho.
Pero, no , llega ese momento en que no.
Te das cuenta que necesitas un cuerpo mayor para soportar el poder de s aura y su capacidad sanadora.
Es como si un Hulk interior quisiera romper las ropas , expandir los huesos, estirar los músculos,

una verdadera transmutación del hombre en lobo en la Luna llena del Cazador.

La corteza cerebral consciente con el hipocampo encogido intenta razonar pero no puede. No puede ni escuchar a los que están al lado intentando dar soluciones. Sólo escucha el parloteo inconexo de la parte consciente que lo único que hace es aumentar el miedo.
La palabra Fiat, acto de fe, se queda pequeña. Pues no hay ni fe, ni esperanza. Solo un cuerpo que se rompe , que se autotransmuta, sin espíritu. No sabes si es purgatorio o , simplemente que estás muerto en el infierno.
Te conviertes en un Gary Cooper “sólo ante el peligro”

La liminalidad inter-encarnatoria.
Ese límbo de muerte entre dos seres inconexos.
Por mucho que te quieran agarrar con el condicionamiento tu cuerpo se estira com blandy bloop kósmico, como Mr. Fantástico, pero llega ese momento en que rompe.

La enfermedad y los médicos es el mayor de los condicionamientos.
Es terrible no saber si estás enfermo o estás loco con lo cual cuando vas con tus miedos terrestres a un Sistema Sanitario, te conviertes en un muñeco autista incapaz de cualquier diálogo constructivo.
Sólo si la serendipia acontece y encuentras al que te reconoce por resonancia quizá te pueda acompañar en superar el proceso de transmutación.
Las benzodiacepinas o el alcohol son las herramientas de fácil acceso para superar los tránsitos mutacionales, pero , ya se encargo el universo de que mi cuerpo sea incapaz de metabolizarlos. Sí, al final , el remedio homogeneizador se convierte, después, en una larga agonía.
El único remedio es la caricia por un ser puro, sincero, coherente.
Ese ángel caído que sabe lo que significa lo que estás pasando, pues él fue el primero.

©Alf Gauna, 2022
…no se si es algo personal,.. busca alternativas a lo oficial…»el que busca, encuentra»… pero al final todo es camino de crecimiento.
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