No hablaríamos.
Simplemente,
te
comería
a
besos.
Te llevaría
a la cueva
de mis sueños.
Allí donde las
vulnerabilidades
se relativizan.
Jugaríamos
con nuestras
heridas.
Amándolas,
perdonándolas,
lamiéndolas.
En un Fiat de
aceptación,
soñaríamos
con Ser.
Desnudos
correríamos
“trás” nuestro
propósito.
Beberíamos
el helio
de nuestro
ego y
borrachos
hablaríamos
como infantiles
cartoons,
libres
de condicionamientos
y de mentiras
piadosas.
Si vinieras,
y la voluntad
inconsistente
cumpliera
sus promesas,
quizá nos diéramos
cuenta que en
el fondo
nos amamos
como nadie
nunca
hiciera
desde el
principio
eterno
del tiempo.
Claro,
si vinieras
y la mente
se quedará
por el camino.
Sueño
maldito
de un
cálido
otoño
©Alf Gauna, 2022
EXCELENTE, Gracias🤔
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