Para mi salir a la calle es una aventura.
No sé si habéis visto la serie de zombies “The Walking Dead”.
Un escenario apocalíptico de supervivencia donde no hay suficientemente espacio para argumentos morales.
No quiero hacer una proclama antihomogeneización desde mi sociopatía consciente, simplemente quiero compartir la epopeya de cómo me siento en un entorno grupal.
Tampoco quiero utilizar las claves de mi cognición que confirman mi capacidad cómo psíquico pues lo he hablado largo y tendido en este blog.
Sólo quiero que la gente más cercana comprenda mis limitaciones en cuanto a mi relación con ellos.
Haciendo un rewind cuando llego a casa después del akelarre social lo primero que hago es chequearme para ver si todos mis miembros están en su sitio.
La paz de la cueva me invade, respiro y doy gracias al señor por seguir con vida.
Comienza la cuenta atrás para testificar los efectos secundarios que mi cuerpo tiene después de la excursión por ZombieLand.
Con un poco de suerte, ojalá mi cuerpo me permita descansar esa noche y ya si eso mañana….convulsionaré.
Sí, quedar con alguien, en algún sitio, tener una cita, se convierte en una razia, una incursión en campo enemigo para conseguir el botín de mi 4.
Cada vez el precio es mayor. Con lo cual, cada vez más, ese 2/4 se diluye en un No Ser virtual a lo 2/6.
Encima cuando trabajas ese 4 con alguien, entregando tu cuerpo y tu alma y consigues la intimidad necesaria para Ser…te encuentras que casi siempre la gente no está preparada para la intensidad emocional que conlleva.
Cada clave del DH porta la dualidad hegeliana de la tesis de Ser y la antítesis de No Ser, esperando la utopía de la síntesis holística.
Integrar holísticamente cada clave es un proceso de interacción con la vida, un camino de navegación nodal que pocos consiguen perfeccionar.
La utopía de la perfección para los que encontramos esto tardíamente, really George… sólo es un camino para los más jóvenes, muta a realidad empoderada cuando nos damos cuenta que lo mejor que podemos hacer es aceptar lo poco o mucho que consigamos acercarnos a nuestro diseño y , más aún, aceptar, como buenos egos definidos, que esto “es lo que hay”, que la perfección no deja ser el sueño del dorado. Esto trae relajación y poder fluir con menos fricción.
Poca gente puede entender la pasión de un 2/4 sin acceder a su intimidad y a éste ,solo, le queda su cuidado homeostático y la expresión creativa desde su cueva protectora y desde su cognición integralmente receptiva como única vía de escape de la olla a presión del cuerpo.
©Alf Gauna, 2023