¿Manipular o gestionar el ego?

Tengo un pasado bastante ecléctico.

Hubo una época que debido a distintas serendipias mi vida acabó en el mundo del artisteo televisivo.

Cómo siempre llego a sitios o a experiencias que mi ego nunca buscaría, pero que según la dirección de mi centro G de alguna manera está como muy bien definida.

Siempre he sido un poco autista, otros dirían que gilipollas, muy probablemente con mucha razón.

No me entero donde estoy hasta que me la clavan.

El mundo de la televisión, veremos que sólo lo pongo como ejemplo extremo, pues realmente es igual en cualquier otro sector, es el mundo de la manipulación del ego.

Aclaremos que entiendo yo por ego, pues el matiz que le da el DH puede ser confuso. Yo me voy a referir a la visión más clásica y mundana. A ese globo inflado por una serie de luces y sombras que rodean el Yo de ciertas personalidades. La tuya, la mía y en general de todo el mundo, salvo maestros Zen en ciernes.

Realmente el ego es un coctel elaborado por la coctelera experiencial de la vida salpimentado por heridas biográficas y transgeneracionales, dones reconocidos pero no valorados o no reconocidos por propios y extraños, condicionamiento social y cultural y por la imperiosa necesidad de ser vistos y de pertenecer. Generando muchas veces sintomatologías narcisistas sino psicópatas, borderlines, neuróticas, tocs, histriónicas… si compráramos el breviario DSMV , todos encontraríamos donde encajar.

Vamos un bolón confuso de las motivaciones piramidales de Maslow manipulado desde el mundo de las sombras y el victimismo.

Ese mundo televisivo es dirigido por el Wa, cuyos gestores se encargan con habilidad de manipular convenientemente esos egos artísticos en pos de los resultados de la cadena. Ya no digamos cuando esos egos son dejados de la mano de sus representantes. ¡Ojo! no os dejéis engañar por la manipulación informativa de casos de éxito o de fracasos estrepitosos.

Yo lo he vivido y soy consciente que esos directivos o los representantes hacen de loqueros. Manipulan el ego de gente que no sabe gestionar su propio ego.

Mi vida me ha llevado justo a eso: ayudar a la gente a gestionar su propio ego paso previo a cualquier éxito posterior ya sea a nivel individual o grupal.

Llevo muchos años investigando las mecánicas entre miembros de grupos pequeños y me he dado cuenta que aunque el sistema transaúrico sea completamente funcional (BG5 funcional) los egos son el verdadero virus que destruyen el penta (grupo entre 2-5 personas). Igualmente en relaciones a dos (partnership).

Gestionar tu propio ego no supone vender tu alma al diablo por tres míseros sextercios o “chupar coños o pollas” por conseguir el éxito a toda costa. Gestionar el ego es un ejercicio de reconocimiento DAFO personal que te lleve a tu propio empoderamiento, vulnerabilidad incluida.

El Ego no deja de ser un egregor que te posee. No consiste en transcenderlo a lo Zen, eso es huir de la vida, es ser capaz de reconocerlo para gestionarlo y ser tu quién unas veces tendrás que manipular u otras veces gestionar coherentemente, es la vida la que nos presiona para una cosa u otra. No seamos quijotes.

Bueno, siempre te queda fustigarte con “Un Curso de Milagros” y vivir para tu ego.

Así nunca necesitarás un representante y te darás cuenta que esos directivos son lo suficientemente listos como para no dejarte escapar como fuente de éxito seguro.

Siempre hay un target de mercado donde serás reconocido como su fractal en cada etapa de tu vida.

No es cuestión ni de edad ni de belleza.

Sólo de ser capaz de expresar tu autoridad externa con coherencia y convicción.

©Alf Gauna, 2023

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