Pasado-Presente-Futuro

Todo es cuestión de tiempos.

Miento, de frecuencias.

Ya sabes, un reloj no deja de ser un péndulo que compara frecuencias.

Siento de ser tan pesado con esto del Diseño Humano pero es que cada día que pasa su validez se hace más patente. A pesar, de los dimes y diretes, de absurdos copyrights de codicias paranoicas que venden un final de la Cruz de la Planificación pero se resisten aceptar la muerte de la meritocracia y de la propiedad intelectual.

Como buen emocional en cada frase que escribo la bioquímica ronda a sus anchas. No busques aquí técnica ni métodos sin emoción. Te aviso te puede llevar a mal interpretar desde la lógica y la estrategia.

Los egos distorsionados por el condicionamientos y las heridas mal interpretan, algunos se vuelven paranoicos y se creen que a veces escribo para ellos.

Veis estaba hablando de frecuencias y he seguido el curso hormonal.

No, la mente no escribe. Escribe mi sensor kósmico, mi cuerpo. La mente se convierte en un simple instrumento coordinador de la transmisión. La neocorteza es una cajita de input y de output de cómo el cuerpo metaboliza la información.

Sí, ahora volvemos al tiempo y al Diseño Humano.

Nuestro cuerpo, ese conjunto casi infinito de células, hace de membrana liminal , singularidad, entre dentro y el afuera del entorno. Esa famosa autoridad interna es un reloj que compara frecuencias y nuestra mente sueña con el tiempo, recuerda, esta presente o proyecta.

Es una pena que esos científicos avanzados que ahora hablan con naturalidad de la inteligencia visceral, que han añadido dos sentidos más a los habituales, uno de ellos la enterocepción, no investiguen la jerarquía visceral que es cincelada en nuestro cuerpo energético de manera holística cómo un quantum a la hora de nacer y 88 días antes y que luego es condicionada por los otros y los tránsitos.

Ese condicionamiento es el que tiene que gestionar el binomio giro cingulado- insula a la hora de la toma de decisiones. Sí, siento que hay es donde se desarrolla la cognición asociada a la variable. Siento, no demuestro, sólo muestro.

Nuestra relación con el otro o con nuestros lugares se convierte en un diapasón de frecuencias. Si abandonas la mente , transciendes el tiempo, y te abres a sentir, con tu frecuencia intrínseca vibrando descondicionada, esos otros y esos lugares que son para ti, resonaran y juntos se abrirá el fractal de la sincronía y la serendipia. El verdadero tiempo medido con el reloj del amor de la resonancia celular y no desde la mente del pasado, del presente o del futuro homogeneizado.

La vida nos lleva a transitar durante el proceso de aprendizaje ese filo de la navaja que separa el esto del tiempo mental y el aquello del tiempo del cuerpo.

Si lo consigues, ese pasado, ese falso presente, ese futuro que nos confunde se convierte en un presente continuo, donde tu sistema cuerpo-mente se transforma en ese binomio autoridad interna-externa atractor de un nuevo fractal de cognición.

Muere el tiempo.

Nace la eternidad.

©Alf Gauna, 2023

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