Sigo esperando la llamada del amor. Más la vida se reencarna en espíritu,
y la Forma revolotea entre los neutrinos, trinos de espines falsos.
Todos somos Avatares
en la manifestación amorfa
de una evolución inconsciente e inmanente transcendente en su propia involución.
Pero , ¡que importa!, mi amor,
si te vas.
Te vas, con tu fractal allende el Universo atómico del beso y la caricia.
Te vas, simplemente, te vas.
Y yo, sin más,
muero…
muero para renacer, como flor,
en tu corazón.
© Alf Gauna, 2017