Es jueves, y me da igual pues podía ser lunes y como notario de la realidad filtro con mi forma lo que el Maia comparte.
Una vez limpia y ordenada mi cueva, en silencio, con cierta penumbra mi cuerpo navega motivado por la necesidad. Observo de forma periférica aquello que por resonancia, armonía o disonancia despierta esa manera personal de mirar y , así, poder excretar mi autoridad externa en una imagen multicolor de pasión.
Hago una lectura rápida , el matiz inconsciente del tono sabe lo que busca y encuentra:
Aquello de Todo positivo Nada negativo…
Aquello de sin Causa no hay Efecto…
Aquello de «No te quejes, porque todo lo malo que te sucede es culpa tuya»
El dogma judeo-cristiano aderezado de Darwinismo retozando en el cientificismo.
Siento , enseguida, el flujo bioquímico de aquello de que la toma de datos y su interpretación es diferente por fractales. Sí , es un flujo bioquímico en forma de adrenalina con un toque de cortisol. Vulgarmente denominado con sencillez y eficacia «mala hostia».
Una «mala hostia» que muta con celeridad a pasión encendida por contagiar. Mi cruz, no la de Cristo , la de mi encarnación.
La vanidad esta en la generalización, el de como me vale a mi, pues eso, vale para todos. Así las estrategias se encaminan a vender a inocentes que sólo pueden creer y no pueden experimentar porque o están inmersos en una rueda de supervivencia material o traumatizados por experiencias vividas.
El universo es un vals infinito y eterno de Supernovas de amor y de Agujeros Negros de odio o viceversa…la moral la pone tu mente. El tiempo también.
Nuestro cuerpo es sabio, es el propio universo, sólo hay que seguir su ritmo…quizá tu cuerpo baile ese vals como un Son Cubano, como Salsa, cómo Heavy Metal, como Jazz o simplemente no bailes porque lo interpretes cómo un nocturno de Chopin. Pero, por favor, que no te impongan el ritmo de un fractal que no es el tuyo.
Dejate llevar por la sincronía y la serendipia a un mundo de resonancia, allí donde el tiempo no existe. Más allá del Bien y del Mal. No hay culpa, sólo vida con sus supernovas, con sus agujeros negros…
La Cosmología del Rave lleva 33 años entre nosotros. Sería interesante para más de un Científico Avatar Salvador de la Especie Humana escuchar el mensaje de las estrellas…y comenzar a tomar los datos como aquella linda niña que sonriendo por el bosque feliz susurraba:
«Oh una linda florecilla, ooooh otra linda florecilla y de pronto…
¡Ayyyyy!
¡Coño, un puto cardo!
© Alf Gauna, 2018