La música vibra
en colores oscuros
en mi alma.
Alma marchita
de
deseos castrados
por
experiencias
malditas.
Sueños adolescentes
que redoblaban
las campanas
de la pasión
se tornan
en cristales en la orina,
en heces sangrantes,
en dolor abdominal.
La oscuridad interior es
un cancer
que ilumina la
noche eterna de Brahma.
Agujero negro
de
consciencia
finita
en
un sueño infinito
de
inmortalidad.
© Alf Gauna, 2019