Gira el Mundo, Gira.

Gran película El Secreto de Thomas Crown, protagonizada por Pierce Brosnan y Rene Ruso. La canción “The Windmills of Your Mind” que acompaña a la “peli” gano el oscar a la mejor canción en 1968.

Round like a circle in a spiral, like a wheel within a wheel
Never ending or beginning on an ever spinning reel
Like a snowball down a mountain, or a carnival balloon
Like a carousel that’s turning running rings around the moon
Like a clock whose hands are sweeping past the minutes of its face
And the world is like an apple whirling silently in space
Like the circles that you find in the windmills of your mind!

Sí,gira, gira , todo gira.

También Jimmy Fontana y su famoso “Il Mondo” nos habla del giro y del amor.

“No
Esta no noche amor yo no he pensado en ti
Abrí los ojos para ver entorno a mí

Y en torno a mi giraba el mundo como siempre
Gira el mundo gira
En el espacio de infinito
Con amores que comienzan
Con amores que se han ido”

 

Más aún los místicos sufíes utilizan su giro derviche, para conectar con su ser interior, para conectar con la esencia del universo.

 

 

 

Sí, la rotación nos une. Mantiene unidos a los quarks del núcleo atómico, mantiene al electrón unido a los quarks del núcleo, une a los planetas con su estrella, a las estrellas, a las galaxias, a los cúmulos y supercúmulos galácticos y por qué no a nuestro universo con universos paralelos.

La rotación mantiene unido nuestro cuerpo a nuestra mente, si somos un simple núcleo de quarks rodeados de unos locos electrones que giran y giran formando como dice la canción esos molinos de viento en tu mente, vivimos algo así como un sueño de separatividad que la rotación y la orbitación hacen parecer real.

El universo evoluciona y se construye a través de un vals derviche de frecuencias desde la más alta de los quarks a las lentas de las galaxias o a las superlentas de los cúmulos galácticos…..tan lentas que hacen que veamos las galaxias con ese efecto desparramado…pero que si viviéramos miles de millones de años probablemente veríamos un bonito círculo.

Newton, Einstein o el boom tecnológico taparon la rotación para no tartamudear pues pretendían hablar con un lenguaje imposible para las matemáticas y que solo el lenguaje del físico curioso sí, el que mira, el que observa y siente, podría describir.

Si describir no es demostrar , es sentir la verdad del universo sin necesidad de sacar un provecho tecnológico, esos 5 sigmas que tranquilizan el alma del científico experimental.

Llenaron el universo de energía oscura , de constantes cosmológicas, un nuevo dios sin barba, que otros incluso maquillan con bonita terminología  “new age” como una especie de conciencia cuántica. La verdad es que la rotación y la orbitación de n elementos con n frecuencias donde lo cuántico se reduce a los saltos locos entre órbitas de esos elementos , aclaran ese 85% de materia oscura que buscan frenéticamente a través del corsé lógico de su mente.

Sí, una mecánica estadística con una computación cuántica es el único camino y , donde, el concepto de campo ya casi  nada tiene que decir.

Es ese torbellino giratorio lo que da forma, lo que da masa.

Me he dado cuenta que esos molinos de viento que forman nuestros pensamientos muchas veces te alejan de tu cuerpo, de la vida, de la masa cosmológica de nuestro ser.

Te olvidas de vivir como un físico para convertirte en un matemático frustrado que sólo puede describir con un lenguaje limitado la belleza del universo.

© Alf Gauna, 2019

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