La física cuántica, muere con la vida.
La vida asesina lo cuántico colapsando al individuo en un continuo espacio-temporal, ahí donde la física se hace real y la metafísica cuántica, queda para el deseo y la esperanza.
Darwin hizo una Teoría de Evolución, de Homo Sapiens de Siete Centros estratégica, donde el individuo era una cosa, donde la premisa fundamental era ser el más apto para sobrevivir en un entorno.
A la hora de definir individuos, la biología, ciencia puramente empírica, confía en lo que puede observar y medir. Las células están unidas por membranas, los animales por su piel; podemos secuenciar ADN y demarcar genes en esas secuencias. Sobre todo, nuestras definiciones privilegian al organismo y las características asociadas con él: una entidad que está físicamente separada de su entorno, que tiene ADN y puede replicarse, que está sujeta a selección natural.
Una Biología de Primer Grado de Conciencía (Graves), donde la individualidad se cosifica para la conquista del entorno y define la moral del más apto.
Una Biología de Siete Centros, paradigma esencial de la perspectiva naranja, de la meritocracia, del logro y del éxito. Un Pre-Modernismo Pre-Personal Pre-Convencional.
El boom verde, lanzó el sueño de la Biología Cuántica. La aventura Post-Modernista Trans-Personal y supuestamente Post-Convencional.
Aquí la cosa Darwiniana se sublima y se vive en un mundo de nunca jamás, donde el alma o conciencia incorporea, colapsa en el espacio-tiempo a demanda positiva. Una toma de decisiones basada en un mindfullnes budista, donde el deseo estratégico de siete centros muta a un Nirvana opiáceo, relegando el Samsara a un mal trippy.
Unos muchachotes verdes que se van a vivir al tejado de la nueva casa que se inventan , una especie de Tercer Grado de Conciencia (Wilber), más apto para Raves que para Homos Sapiens.
Y yo me pregunto ¿donde estarán esas personas modernas,maduras, convencionales, que son conscientes que su trayectoria individual tiene un propósito kósmico, definido en la matriz moderna del Homo Sapiens in Transitus de nueve centros?
Gracias a Dios hay biólogos, David Krakauer (je,je,je) y Jessica Flack, que se están replanteando la forma de mirar la naturaleza.
“Hace más de medio billón de años, durante el Período Ediacárico, un mundo de vida surrealista invadió el fondo del océano. Sus extraños animales de cuerpo blando tenían formas físicas que desafiaban la imaginación: gotas acolchadas y discos acanalados, tubos segmentados y campanas levantadas, husillos cónicos y conos delgados. Quizás fueron los primeros organismos multicelulares grandes del planeta, pero pronto se extinguieron sin dejar a ningún descendiente moderno. Los restos fósiles en losas antiguas de arenisca y cuarcita son todo lo que queda de esas criaturas completamente extrañas y fantásticas.
Debido a esa rareza, los paleontólogos aún debaten incluso las preguntas más básicas sobre ellos: cómo se desarrollaron, cómo comieron y se reprodujeron, incluso cuando un individuo fosilizado se detiene y comienza otro. ¿Eran esos animales organismos individuales o colonias de individuos más pequeños, similares al buque de guerra portugués? ¿Dónde terminaron sus cuerpos gelatinosos y comenzó su entorno?
La tarea de distinguir a los individuos puede ser difícil, y no solo para los científicos que buscan dar sentido a un registro fósil fragmentado. Los investigadores que buscan vida en otros planetas o lunas están obligados a enfrentar el mismo problema. Incluso en la Tierra hoy, está claro que la naturaleza tiene un desprecio descuidado por los límites: los virus dependen de las células huésped para hacer copias de sí mismos. Las bacterias comparten e intercambian genes, mientras que las especies de orden superior se hibridan. Miles de amebas de moho de limo se ensamblan cooperativamente en torres para esparcir sus esporas. Las hormigas obreras y las abejas pueden ser miembros no reproductivos de los «superorganismos» de la colonia social. Los líquenes son compuestos simbióticos de hongos y algas o cianobacterias. Incluso los humanos contienen al menos tantas células bacterianas como células «propias», los microbios en nuestro intestino están inextricablemente vinculados con nuestro desarrollo, fisiología y supervivencia.”
Desde esa biología, en la que prima la cosa para enfrentarse al entorno, o la del sueño de que todo somos uno, en busca de un todo conectado, el biólogo se olvidó de estudiar el individuo per se. Se olvidó de desenredarlo de las complejas simbiosis y relaciones homogeneizantes, para encontrar su función diferenciada y en su caso, descubrir , probablemente con asombro, colmenas fractales.
Es necesario ver la Biología como una ciencia de la individualidad. Donde el primer paso es definir:
¿Qué es un individuo?
Para ello hay que añadir a esa biología puramente experimental una dosis de teoría, formalizar el concepto de individuo, de acuerdo con un conjunto de principios y medidas que esperemos guíen a la biología a una nueva era.
Una forma más natural y moderna de identificar a las unidades biológicas a partir de sus dinámicas intrínsecas, sin las limitaciones impuestas por las circunstancias externas.
Comenzar a considerar al individuo como algo dinámico, que persiste de manera estable durante un cierto tiempo, más que definirlo desde el punto de vista exclusivamente espacial.
Considerarlo un verbo, más que un sustantivo. Algo que no es nuevo:
“A principios de 1800, el zoólogo francés Georges Cuvier describió la vida como un vórtice, «más o menos rápido, más o menos complicado, cuya dirección es invariable, y que siempre lleva consigo moléculas de tipos similares, pero dentro de las cuales se encuentran las moléculas individuales. continuamente entrando, y de donde se están saliendo continuamente; para que la forma de un cuerpo vivo sea más esencial para él que su materia «. Muchos filósofos y biólogos han adoptado esta «visión del proceso», en la que los organismos y otros sistemas biológicos existen no como objetos o materiales fijos, sino como patrones y relaciones fluidas en un río de flujo.”
Si, es el verdadero salto a la Conciencia de Segundo Grado de Graves, una Biología amarilla donde el individuo es un proceso, una experiencia, una trayectoria dinámica, y que al estudiarlo muy probablemente encontremos una función, un propósito. Esta Biología Moderna, Personal y Convencional identificará al Homo Sapiens in Transitus de 9 centros. Una Biología de Procesos.
El individuo es un agregado que «conserva una medida de integridad temporal», que propaga una cierta cantidad de información en su intervalo de existencia.
Pura esencia del Diseño Humano.
Flick y Krakauer establecen los siguientes axiomas para su trabajo. Uno es que la individualidad puede existir en cualquier nivel de organización biológica, desde lo subcelular a lo social. Otro es que la individualidad puede anidarse: un individuo puede existir dentro de otro. Sin embargo, el axioma más novedoso (y quizás el más contraintuitivo) es que la individualidad existe en un continuo, y las entidades pueden tener grados cuantificables.
De alguna manera su trabajo les aboca a identificar muchos grados posibles de individualidad, cuyo tratamiento cómo es lógico solo es posible abordar desde la física estadística. Para de alguna manera desarrollar una Teoría de la Información del Individuo.
La verdad es que el proceso que utilizan es apasionante, pues estudian los gradientes del flujo de la información, evaluando la individualidad en función de cómo las diferentes combinaciones de influencias ambientales y dinámicas internas, pueden predecir los estados futuros de un sistema.
Así me da ganas de seguir siendo un becario aprendiz toda mi vida…
Sigamos con el orgasmo, quizá no lo lea nadie , pero ahí queda en el universo.
Identifican estos tres tipos de procesar la información
“El primero es el individuo organismal, una entidad que está conformada por factores ambientales pero que se autoorganiza fuertemente. Casi toda la información que define a ese individuo es interna y se basa en sus propios estados anteriores. «Esta es una lente que, si la usara, le permitiría ver humanos, mamíferos y pájaros», dijo Krakauer.
El segundo tipo de individualidad es la forma colonial, que implica una relación más complicada entre factores internos y externos. Las personas en esta categoría pueden incluir una colonia de hormigas o una telaraña – sistemas distribuidos que están «parcialmente andamios» por su entorno pero que aún mantienen cierta estructura por sí mismos.
El tercer tipo es impulsado casi por completo por el medio ambiente. «Si quita el andamio, la [entidad] se desmoronaría», dijo Krakauer. Es como un tornado, que se disipa en condiciones de temperatura y humedad incorrectas. La primera vida que surgió en la Tierra probablemente fue así, agregó Krakauer.”
Claro,imaginaros si me fuera con ellos y les explicara un poco del Diseño, sería la leche.
La investigación continúa intentando identificar algoritmos a partir del flujo de datos, para desarrollar posibles correlaciones que supongan la aparición de nuevas individualidades.
“Los individuos pueden ser células, tejidos, organismos, colonias, empresas, instituciones políticas, grupos en línea, inteligencia artificial o ciudades, incluso ideas o teorías, estamos tratando de hacer es descubrir un zoológico completo de formas de vida que se extiendan mucho más allá de lo que convencionalmente llamamos vivir. Esos individuos pueden ser entidades que nunca hemos considerado porque no se ajustan a las escalas o funciones o distribuciones en el espacio con las que estamos familiarizados, entidades «que no se ajustan a nuestra intuición común de lo que es un individuo“
Jajaja Pentas, Wa, Raves……
Realmente están a la caza de individuos ocultos dentro de la sopa homogeneizada. El Diseño Humano te anima a que realmente te conviertas en un grumo, un cacho pedazo, uno de esos individuos que estos biologos fisicos buscan.
Sigo un poco, ya es seguro que solo lo leo yo…
Definir la individualidad como un proceso, nos permite no sólo identificar nuevos tipos de vida sino su relación con el entorno. ¿ Que sucede a esa organismo si su límite no se circunscribe exclusivamente a su piel sino que también se incluye algo de su entorno?
También nos podría ayudar a comprender cuánta interdependencia existe entre organismos, especies y su entorno físico. O incluso los saltos evolutivos de la unicelularidad a la multicelularidad o el sueño mutante hacia el Rave
Cómo veréis algo que el DH lo aborda con naturalidad. En este articulo “El cerebro extendido” podéis ver mi visión.
Quizá la visión de estos chicos de limitar todo al flujo de información pueda chocar con el problema de la conciencia auto-reflejada en el caso de Homo Sapiens, en comparación , por ejemplo, con un huracán, pero para mi esta limitación que algunos detallan es fruto de la vanidad mental al considerarnos un organismo en exceso especial. La lucha continua de distinguirse del entorno, en vez de aceptar la fusión fractal en el entorno más óptimo.
Esa investigación de fósiles, que algunos realizan, nos lleva a una filosofía kósmica clara, la persistencia de la información en el tiempo. Donde podemos ver los rastros tanto de la individualidad intrínseca del organismo, como las huellas de la determinación ambiental.
Un desarrollo fractal de fusión de individualidad y entorno donde la forma transmite a lo largo del tiempo la información de su proceso.
Vamos camino de una Biología Turquesa, límite de la posibilidades del neocortex de nuestro Homo Sapiens in Transitus pre-Rave. Allí donde la Física Estadística identificará los patrones fractales de la transmisión de la información por la Forma, y los unirá dentro de un miles de millones de años, en un ente post-apocaliptico holofractográfico, allí donde muere la biología del carbono y nace la Biología de Silica Post-Turquesa.
¿Allí , el mundo será Post-cuantico o Post-espacio-tiempo?
Lo que es seguro es que las esferitas oscilatorias de Planck (USP) se estarán descojonando como traviesos emoticonos al hacerse conscientes, al fin, del pollo que han montado sólo bailando un twist.
© Alf Gauna, 2020