Quiero compartir mi experiencia de acompañamiento y describir las diferencias cuando se realiza con proyectores o con generadores.
Cuando hablo de acompañamiento no hablo ni de mentoría, ni de terapia, ni de coaching, ni de facilitación , ni de counselling, ni de amistad, ni de amor, ni de cliente. No hablo de una relación comercial homogeneizada donde alguien vende un servicio y alguien compra un servicio.
No, esto no es lo que se mueve en un encuentro conmigo.
Yo acompaño durante un cierto intervalo espacio-temporal de la vida de las personas siempre y cuando la serendipia kósmica tenga a bien de propiciarlo.
La mente condicionada lo viste del color de las heridas, frustraciones o anhelos pasados y futuros para fluir o no fluir en la experiencia con mayor o menor apertura de corazón. Unos lo visten como relación comercial, otros como amistad, como amante, enemigo a destruir, como odio al hombre o a la mujer, veinte mil y un viajes al fondo del océano de la biografía de cada cual.
Me diréis, ¡uy!, que vanidoso, según eso cualquiera podemos acompañar. Si, claro, cualquiera puede hacerlo y de hecho eso es la vida, pero la diferencia es mi capacidad para ver más perspectivas, la experiencia y el hecho de que a la larga sé cuando un encuentro es para mi y cuando es para el otro. Es muy sencillo, saber esperar a que acabe la experiencia y darte cuenta que sigues con las mismas personas y en el mismo sitio que cuando empezó el encuentro.
Me diréis entonces tu también te sanas en la experiencia con lo cual no acompañas es un intercambio. Bueno, pues no, hay un momento que ya no hay nada que sanar, algo difícil de entender para los egos sin definir, pues ya has logrado encontrar tu camino, tu dharma en esta encarnación y la dosis de karma posible de transcender en esta vida realizada.
Me diréis, ¡uy!, que prepotente y os diré, al revés, que humilde al aceptar que en las encarnaciones no todo se puede curar y aún así vivir el dharma y no el karma.
Es algo así como los niveles de la Playstation. Con estas armas qué puedo hacer en este nivel y cómo puedo obtener la máxima puntuación.
En el fondo, está forma de ver las cosas son consecuencia de tu mecánica, no tienes porque estar de acuerdo y si quieres pasar todo tu vida sanando heridas incluso las que te inventes porque te aburres es tu problema. Sí hay gente que nunca saldrá de modo víctima. Esto es muy importante para una persona que acompañe, la humildad de aceptar que hay encarnaciones que están aquí para ser víctimas transgeneracionales y que sólo puedes hacer su tránsito más liviano o que simplemente las tiene que abandonar a su suerte. Esto si es una posible fuente terrible de vanidad para muchos profesionales, el intentar salvar a todo el mundo.
Hay poco realismo. El realismo es cómo la sabia varita mágica de saber medir sin excesivo positivismo ni excesivo nihilismo lo que es karma de lo que no lo es.
Y eso lo trae exclusivamente la experiencia y la contemplación de la misma.
Es por ello que yo acompaño y me entrego a vivir la experiencia plenamente con los riesgos que conlleva para la mente controladora que quiere saber como acaba y que acabe estratégicamente bien.
Acompañar es un Fiat. No un negocio.
Bueno, vayamos con las diferencias entre proyectores y generadores.
El generador es sencillo o te odian o te aman. Con lo cual se mueven según las dos fuerzas kosmicas esenciales de atracción o repulsión.
Pueden encontrar en ti todo lo que realmente odian con lo cual yo hago de espejo del hijo puta que detestan, ese padre que no te quería, ese amigo que no te ama, etc,etc, y se establece un proceso más o menos largo de sanación por transmutación del odio. Esto se logra relativizando la herida del pasado o simplemente no se logra. No hay más.
Luego están las que te subliman, se enamoran de un arquetipo sensible al que no ponen cuerpo y el acompañamiento consiste en ir poniendo el cuerpo con todas sus limitaciones. Unas se dan cuenta y sanan, y otras se dan cuenta que soy un gilipollas en la vida real y salen huyendo para seguir buscando el amor sublime. ¡Ojo!, esto pasa también con hombres.
Quizá, lo más satisfactorio es ver como las personas logran superar ese modo víctima con el que llegan y como poco a poco avanzan en su vida en modo don o propósito.
Ni que decir tiene que todo esto tenía un desgaste energético en mi que poco a poco he ido superando con la experiencia.
Vamos con los proyectores.
Son acompañamientos difíciles, muy difíciles. Pues están todos muy perdidos y con gran cantidad de problemas físicos y psíquicos.
A lo del Fiat hay que añadir la palabra maldición, bendición, apostolado, misión kósmica, uffff.
Es evidente que la proporción de proyectores que ha venido en mi vida no se corresponde a lo de 20/70 del diseño, sino una gran mayoría de proyectores. Al igual que he acompañado a más mujeres que a hombres.
Me lo dejaron claro cuándo tuve esa canalización en Lourdes que se me indicaba que vendrían a mi mujeres y personas con problemas relacionados con su género.
Esto tomarlo como queráis. Yo lo he vivido así.
Un proyector es un ser especial que vive la vida en función de como haya vivido su infancia. la infancia marca su resilencia en el proceso de espera. No hay más.
A partir de aquí se abren una “maremagnum” de iras, frustraciones, desilusiones y amarguras que marcan su trayectoria.
Con eso hay que capear en el acompañamiento,
Cuando nos encontramos, es como si dos Pavos Reales se reconocieran. El que viene herido ve en mi que luzco mi cola abierta y vibrante y quiere hacer lo mismo. La idea es que él o ella aprenda a lucir y vibrar los colores de su cola de forma natural tomando de mi un ejemplo en el camino del descondicionamiento. Por desgracia no es tan sencillo.
Muchas veces comienza una lucha de egos, de no seres, de quién tiene razón o no, de que lo tienes que ver como yo, de que te amo, de que amigos para siempre, de que podemos trabajar juntos para esto o aquello, bla,bla. O lo peor de todo te voy a cambiar porque estás equivocado. O te voy ayudar porque lo haces mal. En resumen, todas las mecánicas del Ser y del No Ser juntas durante la experiencia. Gracias a que la experiencia es un grado, logro anclarme en mi testigo para observar como disputan esas mecánicas superficiales, de algún modo abstraerme de la contienda y no echar mas leña al fuego, jajajaja.
Por ejemplo, un proyector del bazo no tiene nada que ver con un proyector emocional son dos especies diferentes. Cada proyector es una especie diferente, cada canal una especialidad diferente. Los encuentros no son, nunca, para hacer algo juntos, por lo menos hasta que nos crucemos de nuevo más adelante en relaciones desde el penta o el wa. Son exclusivamente para que logres ver tus luces y tus sombras y avances solo, de nuevo, en tu duro camino de espera al reconocimiento por ese generador que te llevará al éxito o no.
No hay más.
© Alf Gauna, 2020
Soy proyector 5/1 con autoridad proyectada fuera del ser. Estoy más perdida que un pato y sinceramente he llegado a la conclusión que odio ser proyector y odio a los generadores. Del tipo que sean.
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es un buen primer paso
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