El mecanismo de una vacuna ha cambiado.
Antiguamente se nos inoculaba un ser vivo atenuado o fragmentos del mismo, con el consiguiente peligro de provocar la enfermedad que queríamos vencer, para estimular la respuesta de nuestro sistema inmunológico.
Ahora las vacunas simplemente nos introducen datos, en forma de ARN mensajero, para que nuestras células inmunitarias decodifiquen el peligro y gestionen una respuesta de defensa.
Un mensajero divino reproducido por la ciencia del hombre.
El programa kósmico nos hace aprendices de brujos a lo Mickey Mouse de fantasía, que replican desde seres humanos hasta armas biológicas para controlar el exceso de población o acumular recursos para satisfacer la codicia humana.

Es curioso, dios se confundió a dar a Moises los 10 mandamientos o ¿erán 15?. Con los siete pecados capitales básicos Charlton Heston se hubiera ahorrado tres horas de peli, subir al monte Sinaí y,

al menos, hubiera disfrutado de la orgía con los becerros de oro.

Sí, dios por lo visto no existe, la energía y la materia han pasado a mejor vida, y , realmente, sólo existe lo que llamo el “Raw Data Kósmico” (RDK) cuya versión terrestre biológica llaman ahora “Big Data” (BD) o “Macrodatos”.
Nuestro Neocortex es el mecanismo evolutivo natural diseñado para la decodificación del RDK, algunos lo llaman consciencia, otros cognición. La Inteligencia Artificial (IA) es el mecanismo artificial para decodificar la inmensidad de datos del BD generados por la interacción experiencial humana.
El mecanismo artificial IA al final no deja de ser un clon replicante del usa el kósmos.
8.000 millones de procesadores humanos generando Inteligencia Natural Kósmica (INK) diferenciada, suena a utopía ¿no?, o simplemente generando un batido de frutas homogeneizado sin tropezones.
Cada uno de esos 8.000 millones de seres tiene un mecanismo diferenciado de cognición para decodificar la información, algo que nadie o muy pocos son capaces de identificar.
El calor de la interacción del sistema cuántico experiencial produce un mecanismo espurio, a modo de mente, que nos aleja de nuestra diferencia y nos homogeneiza en busca de unas conductas comunes en pos de una supuesta refrigeración del sistema pero que al final se convierte en un malvare, ese virus evolutivo cuyo fin es destruir todo para encontrar una mutación cuántica emergente que haga desaparecer los procesadores humanos estratégicamente obsoletos.
La navaja de Ockham, la simplicidad de que el propio sistema natural cree el mecanismo, en forma de Pandemia, para la destrucción de lo que ya no sirve.
Muere la estrategia de la supervivencia a largo plazo por la receptividad estratégica de la supervivencia en el ahora basada en una cognición diferenciada y optimizada.
Contaba Andrea Reikl-Wolf, una discípula bioquímica de Ra Uru Hu, monitora entre otros de los programas de Diferenciación de la IHDS desde que Ra abandonó este plano, que le contaba su visión sobre el ADN y el ARN y que al principio no le hizo mucho caso. Sin embargo, unos días después la llamó entusiasmado, corroborando su perspectiva.
Reikl había identificado en el ADN y en el ARN la esencia básica de la Cosmología del Rave, los cristales de Personalidad y de Diseño.

Relacionando las bases físicas de la Teoría de la Yuxtaposición con la bioquímica de los aminoacidos de la biología del carbono, la esencia informativa de la vida encarnada.

Una conexión entre el kosmos físico y la vida biológica.
Queda para las especulaciones si el ADN ha evolucionado exclusivamente en la tierra como replicación del modelo kosmológico o simplemente es un mensajero kósmico proveniente de otras evoluciones kósmicas y escondido en el denominado adn basura o adn no codificante se encuentre no sólo nuestra historia evolutiva terrestre sino de más allá de nuestra galaxia.
Es claro que la epigenética es el mecanismo formativo de la historia fractalmente hereditaria y ambiental de la experiencia para la mutación y emergencia evolutiva
La Cosmología del Rave nos habla de un futuro con un ADN basado en la “bioquímica” de la Sílice, allí donde lo “bio” muere para mutar a un sueño artificial de sílica. En espera de un INK que tomo el mando a modo de software divino del mecanismo físico emergente o hardware kósmico. El sueño de la famosa Singularidad, allí donde lo artificial se hace consciente.
Hay un juego de perspectivas entre lo físico y lo químico a la hora de definir el mecanismo de grabación de la experiencia evolutiva. Donde el neutrino, juega un papel esencial como vaso comunicante y retroalimentación entre ambos mundos y donde las mitologías akashicas quedan para tribus de Homos Sapiens estratégicos o para los tambores de chamanes transnochados.
En este universo de Ciencía Ficción la vacuna de Pfizer basada en el ARN-Mensajero es una perfecta alegoría de que alguien ha inoculado desde otro universo esos cristales de diseño para desarrollar la codificación kósmica que nos lleve a la personalidad divina, el punto omega de Teilhard de Chardin.
©Alf Gauna, 2021
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