Llega de improviso.
El amor se mide
en unidades
de cansancio.
No,
no te confundas.
No,
no es egoísmo.
Es adoración,
idolatría.
Entrega que un día
llega a un límite.
Un límite biológico.
Algo en el cuerpo
se rompe.
Y emerge.
Emerge
una aceptación.
La aceptación
de no poder
dar más.
No,
no te confundas.
No,
no es por no recibir
a cambio.
Simplemente,
es
que no puede
ser.
Algo se deconstruye
en la bioquímica
que diluye
el sueño
de la pasión
por la admiración
de superar el No Ser.
Vislumbrar las orejas
del Joker
finaliza
el entreacto
de superar
lo desconocido.
Ahora
, sólo,
hay que
esperar
a comenzar
de nuevo.
En el eterno
“deja vu”
de la vida
y de la muerte.
©Alf Gauna, 2021